Titán Nadal: del 0-6 de Thiem a las semifinales
El balear superó el rosco inicial y se enfrentará mañana a Del Potro
Pocos, muy pocos tenistas en la historia, han sido capaces de sobreponerse a las adversidades con tanta pasión como Rafa Nadal. Había un runrún de pesimismo alrededor de su duelo de cuartos del US Open contra Dominic Thiem. El balear llegaba con la rodilla derecha tocada y dudas en su juego, sin haber firmado en el torneo un partido redondo. El comienzo ante el austriaco no hizo más que acrecentar la preocupación: rosco de entrada.
Cualquier otro jugador, tras ganar únicamente siete puntos en ese aciago arranque, no habría podido reponerse ante un rival como Thiem, violentamente agresivo y preciso como un reloj suizo, como el mejor Federer con su revés a una mano. Pero Nadal lo hizo. Ganó las dos siguientes mangas, perdió la tercera en el tie-break y sentenció en la última, en otro desempate: 0-6, 6-4, 7-5, 6-7 (4) y 7-6 (5). Cuatro horas y 49 minutos de épica batalla, la más larga del torneo. Su rival por un puesto en la final será de nuevo Juan Martín del Potro, como este curso en Roland Garros y el pasado en el US Open. Jugarán mañana en horario por confirmar (22:00 o 01:30).
El número uno del mundo, que lo seguirá siendo cuando salga de Nueva York, alcanza por séptima vez las semifinales del torneo estadounidense y lleva 29 entre todos los Grand Slams, con las que adelanta a Lendl (28) y se coloca cuarto en la lista histórica de la Era Open tras Federer (43), Djokovic (32 de momento) y Connors (31).
Thiem, que jugó de maravilla, difícilmente tendrá una oportunidad tan clara de batir a Nadal en un gran campeonato. Hasta ahora había salido escaldado tres veces en Roland Garros, pero en el primer enfrentamiento en pista dura plantó cara y de qué manera. Su despliegue fue fantástico y al final cayó por pequeños detalles, por algunos regalos que no se le pueden hacer a alguien como Rafa, un animal competitivo que se defiende como nadie y nunca se rinde.
No lo hizo tras ese 0-6 inicial. En el segundo set quebró dos veces a Thiem y su “¡Vamos!” resonó en la Arthur Ashe, entre un calor sofocante. El tercer parcial Nadal evitó que su rival se adelantase con 5-4 y servicio. Ganó tres juegos y le levantó la liebre y parte de la moral. Aunque Domi no se hundió y se llevó la tercera manga en el tie-break.
Pasada la medianoche neoyorquina, llegó el quinto set. Ambos aguantaban como jabatos. Dos titanes frente a frente. “¡Vamos, Rafa!”, gritaba en castellano el actor Ben Stiller (Algo pasa con Mary) desde el palco del español. Pero su huésped tiró un 0-40 con 5-5 y se llegó a otro desempate. Alguien tenía que ganar y lo consiguió Nadal por el canto de un duro, porque a Thiem se le escapó un remate. Con 74 golpes ganadores, a cualquier otro quizá le hubiera pasado por encima, pero tenía enfrente a una leyenda. El vencedor saltó la red y los dos se abrazaron como púgiles tras un combate, para mantenerse en pie tras un espectáculo inolvidable.
El más largo El partido duró 4h:49, 26 minutos más que el Nadal-Khachanov