El 3-5-2 del Levante y la pesadilla blanca en Sevilla
Exitoso cambio de dibujo de Paco López
La reacción. El recorrido del Levante con Paco López en el banquillo ha probado su talento para sobrevivir y readaptarse a cada situación engorrosa. Esta temporada tuvo un inicio bacheado, resuelto en los dos últimos partidos ante el Alavés y Getafe sacudiendo el sistema. El conjunto granota ha pasado del 4-4-2 al 3-5-2 y ha corregido varios de los problemas que le atormentaban. Todo indica que repetirá en el Bernabéu. Antes era un equipo amable para los contrarios (13 goles encajados en seis jornadas). El adiós de Lerma había condicionado el engranaje de la medular, quebrada sin un pivote tan físico y solidario. El Levante quedaba muy expuesto en el carril interior detrás de los centrocampistas. La inclusión de un central más ha encajado las piezas al solidificar las grietas interiores y ha mejorado la cuestionable salida de balón al reducir las pérdidas iniciales. Con Campaña en la base como en la segunda parte de Getafe, triangula mejor y puede avanzar por dentro (10 pases del mediocentro a Rochina) o por fuera. Desde otro punto de vista, el ajuste táctico le ha servido también para incitar el trazo ofensivo de sus jugadores de banda.
Ventajas en ataque. El nuevo dibujo respalda la idea atrevida de Paco López. Logra mayor amplitud y se extiende por los márgenes del campo. El Levante puede llegar una y otra vez con sus dos carrileros (Jason y Toño), Rochina como enlace y el intervencionismo dinámico de Morales. Es el sexto equipo de LaLiga que más disparos promedia: 13 por partido. El 1-1 ante el Alavés partió de Toño en la izquierda y fue convertido por Jason en el área. Sus apariciones en ataque calibrarán si hay algún tipo de progreso en el Madrid. En caso de que los laterales blancos se midan a los carrileros granotas asomarán las dudas con campo libre por detrás de Odriozola y Marcelo. El Sevilla desnudó con esta receta a un Madrid que se vio desbordado y basculó tarde y mal (3-0). Navas hizo lo que quiso con Marcelo. Lopetegui apañó un remiendo improvisado en la segunda parte al colocar a Casemiro como tercer central, aunque parece difícil que opte de principio por una solución de esta índole. Le toca actuar al técnico ante un Levante peligrosísimo a la contra (18 de media) y con Morales como referencia. El capitán ha participado en seis goles.
Las debilidades. La vitalidad general aportada por el 3-5-2 ha traído algunos inconvenientes naturales. La altura de los carrileros despuebla las bandas en zonas bajas y obliga a los centrales, todos de un perfil muy posicional, a afrontar acciones de riesgo. Ocurre especialmente en la derecha con Jason, un extremo reconvertido que tiende en alguna ocasión a olvidar su faena atrás. Se entendería la titularidad de Pedro López en el Bernabéu para contener ese costado. Asimismo, el Levante tampoco se cierra y repliega bien en los contraataques rivales. Ha recibido seis goles de esta forma. La presencia de un central más viene motivada por este déficit. Tiene un futbolista más para detener el juego de transición. El otro gran descubierto del Levante aparece en su estrategia defensiva. Ya ha concedido cinco goles (cuatro de córner y otro de saque de banda) por errar en las marcas y por su insuficiente energía aérea. Es el equipo de LaLiga que menos disputas por alto gana. Esta carencia trasciende al modelo táctico.
Campaña inicia El mediocentro intenta liderar la salida y es una amenaza liberado
Bazas por fuera La proyección de los carrileros condiciona al Madrid como pasó en el Pizjuán
A la espalda Flaqueza por la altura de los jugadores de banda: exige a los centrales