Con Messi, la Matanza de Texas
Veinte minutos de la segunda parte sufrió el Barcelona ante el
Madrid, que se hacen pocos comparados con los setenta en los que los blancos desearon que un apagón como el que sufrían parara un partido en el que el Barça, sin su mejor jugador, les estaba pasando por encima a base de actitud. Unos minutos de sufrimiento que se explican porque no estaba
Messi en el terreno de juego. Aprovechando esa circunstancia el equipo blanco le planteó un contraataque al Barça en base a un cara a cara que jamás hubiera dibujado ningún entrenador, Lopetegui incluido, con La Pulga en el campo. Con él cada contra hubiera sido una sentencia. La sensación que uno se lleva es que si el Barça es capaz de marcarle cinco al Madrid sin Messi, con él sobre el campo, el partido hubiera sido la Matanza de Texas.
Capítulo aparte merecen tres personas en el Barça: Ernesto Valverde, Luis Suárez y Jordi Alba.
El primero consiguió que el Barcelona fuera, por lo menos, tan bueno sin balón como con balón. La mentalidad que inculcó a los suyos en la presión hizo que borraran a todo un Real Madrid en la primera parte. El delantero uruguayo asumió el liderazgo absoluto que se necesita en estos partidos después de estar trabajando para Messi, del que ya es el mejor asistente. El uruguayo volvió a ser el cazador implacable y reventó a un Madrid cuyos centrales no pueden con él. Finalmente, Jordi Alba firmó un partidazo dedicado a un seleccionador que prioriza más las rencillas personales que el bien común. Mucho se dice que es Messi el que le mejora. Ayer no estaba el argentino en el campo. Ni Luis Enrique.