Un Getafe caníbal
Devoró al Betis de principio a fin. Lección de Bordalás
La peor resaca la sufre quien no está acostumbrado a beber y el Betis, dos días eufórico tras su histórico triunfo en Milán, penó ayer en el Coliseum. La manera más sencilla de explicar lo sucedido es que el Getafe, posiblemente, hizo el mejor partido de la temporada. El Betis, seguramente, el peor en tiempo.
El encuentro comenzó bajo el orden previsto. Tenía el balón el Betis, las ocasiones de gol eran del Getafe. Consecuencias de sus estilos de juego: uno horizontal y el otro vertical. Dispuso de la primera gran ocasión el Getafe (8’) al quedarse Ángel solo ante Joel. Fue producto de un error no forzado de Barragán, que dio un pase atrás (ladrillo a la altura del pecho) tan comprometido que Bartra lo dejó pasar entendiendo que semejante trance no iba con él, quedando el balón en posición inmejorable para el delantero del Getafe. Ángel salvó a Joel pero no acertó con el tiro.
Ese susto no alteró el guión y el Betis intentaba sacar el balón jugado desde la defensa. El Getafe cerraba su presión intentando robar o forzar el fallo ajeno. Y volvió a ocurrir. Una recuperación en la presión alta (17’) desencadenó una catarata de ocasiones. Hasta tres en la misma jugada, de Maksimovic, Foulquier y Molina.
Bien estudiado tenía el Getafe al rival. Se había trabajado más el partido Bordalás que Setién. El Betis tenía el balón en las zonas sin peligro pero para el equipo verdiblanco el área rival era ese territorio desconocido y algún día por explorar. A ello se sumó el escaso compromiso de jugadores como Lo Celso.
Al descanso, 71 por ciento de posesión para el Betis y 29 para el Getafe. Dos ocasiones claras de gol para el Getafe, ninguna para el Betis.
La diferencia estuvo en la segunda parte, conun Getafe caníbal. Ocasión de Antunes (50’) enviada a córner de cuyo saque Bartra hizo un claro penalti (agarrón) a Molina. Ni lo pitó el árbitro y entró a valorarlo el VAR al tratarse de una jugada interpretativa.
El gol de Molina retrató a Bartra. Molina se fue de su marca y bajó a recoger el balón. Inició el ataque, combinó con Ángel y acabó rematando a la espalda de un confiado Bartra. Luego llegó el de Foulquier, en jugada personal, que a punto estuvo hacer el tercero en un cabezazo (64’). Sólo Loren incordiaba en un Betis groggy, pidiendo la dirección de la farmacia más cercana para calmar sus jaquecas. Un episodio más en la guerra de estilos, esta vez ganada por Bordalás.
Penalti
Bartra agarró a Molina. Ni lo pitó el árbitro ni lo valoró el VAR