Con Bono llegó la crisis
El Girona se llevó la victoria gracias a su portero
Pañuelos en Mestalla; los primeros de la era Marcelino. Ganó el Girona gracias a un gol de Pere Pons, pero sobre todo por la actuación de Bono. El marroquí hizo ocho paradas a cuál más espectacular y dejó en nada los méritos del Valencia, que los hizo como para no irse de vacío. Pero llueve sobre mojado por Mestalla, cuyo público aún no ha visto ganar a los suyos, que sabía que el Girona tenía a siete titulares en la enfermería y que no entendió los cambios de Marcelino. Una victoria en 11 jornadas, 11 puntos de 33 posibles. El Valencia está en crisis, aunque solo sea porque el calendario avanza y las victorias siguen sin llegar.
Cierto es que el Valencia compitió, quiso, buscó ganar. Por activa y por pasiva. Al descanso se marcharon los de Marcelino sin saber muy bien cómo seguían 0-0. Pero entre Bono, el larguero y el VAR le privaron del gol. El Valencia veía contra el Girona cómo es la vida sin Parejo y ésta fue más vertical, veloz y diferente a balón parado. Del cambio de ritmo se encargó Guedes; de la estrategia, Wass, que de lateral mejora a Piccini y Vezo.
El Girona, con lo que tenía, vivió ofensivamente de un par de faltas al borde del área de Neto y de un error en el pase de Kondogbia, que acabó en el gol del triunfo catalán. Lo mejor del Girona era su salida de balón: limpia, con posesiones largas, lo que les oxigenaba del asedio ché. Pero Eusebio tenía los goles en la enfermería y si se llevó los tres puntos fue por Bono. De fotografía sus dos paradas a Rodrigo, una de cabeza, la otra en un mano a mano.
Bono acabó desquiciando a Rodrigo; el resultado a Marcelino; y sus cambios, a Mestalla. Eusebio le dio un repaso táctico a Marcelino a la hora de las sustituciones. Alcalá y Granell rearmaron al Girona; mientras que los inventos de Marcelino desdibujaron al Valencia, un equipo que acabó jugando casi con un 3-1-6 y con pañuelos en la grada. Eso es crisis, o llámenlo como prefieran.