AS (Valencia)

“Lo de Mourinho no me volvería a pasar”

- ‘UNIVERSO VALDANO’

Iker Casillas fue entrevista­do por Jorge Valdano en el programa ‘Universo Valdano’, emitido en Movistar+. Por el interés de esta entrevista, As reproduce en las siguientes páginas un extracto de los momentos más significat­ivos, en los que Casillas analiza su pasado, presente y futuro.

Primer portero que pasa por el programa. En Portugal se exilian los reyes, ¿es el caso?

—Alguna vez hago esa broma. Como sucedió antes con los reyes de España. Para mí era una novedad, siempre había estado vinculado a Madrid. Dar ese paso y ubicarte en otro lugar, era difícil.

—¿El problema fue de adaptación o de tipo moral, se lo produjo Oporto por llegar o Madrid por tener que irse así?

—Oporto me entregó todo, es una ciudad espectacul­ar en todos los sentidos. Fue una cosa más mía. De salir del club de toda tu vida, del mejor club, no hay otro que se pueda comparar al Madrid. Mudar ese pensamient­o que tenía en la cabeza. Pero lo necesitaba. Necesitaba ese aliento… ese estarse ahogando en una piscina y necesitar coger aire.

—¿Le llevó tiempo?

—Me llevó tiempo habituarme. El fútbol es diferente. Vienes de estar acostumbra­do a estar en el foco de la élite absoluta a venir aquí. Es el club más importante de Portugal, pero hay una distancia entre el Madrid y el Oporto. Hay que saber en qué club aterrizas.

—Pero, a cambio, puede ir en bicicleta por la ciudad, al parque con los hijos…

—He ganado esa salud mental que antes no había. Hubo un tiempo en Madrid en el que, quizá por el acoso mediático, quizá por el acoso futbolísti­co, sobre todo en los últimos años, no reflejaba el Iker que yo era. Necesitaba volver a encontrarm­e a mí mismo. Quizá así volvería a ser un buen guardarede­s, como dicen aquí. Era necesario.

—¿Cuál es su temperatur­a ahora? ¿Lo ve desde una perspectiv­a más relajada?

—Muy buena. Se ha dado un paso acertado. De haber seguido en el Madrid hubiera tenido un final peor del que tuve. El Madrid ha seguido siendo el Madrid, conquistan­do títulos, es un club por encima de cualquier jugador… Asimilé que todo tiene su final y empezar una nueva etapa. Aquí me acogieron. Cuando me vaya de aquí, por ley de vida, será un momento muy triste y me dolerá mucho.

—Volvamos al pasado. A usted lo sacan del instituto para viajar con el primer equipo…¿Qué sintió ahí?

—Como a alguien que le ha tocado la lotería. Yo sólo miraba. Me acuerdo que tenía 16 años. Un viaje de 4 horas en los que iban jugando a las cartas, yo iba observando al que jugaba, a los que dormía… Para mí era todo nuevo. Los veía por televisión, en la Ciudad Deportiva. Para mí era un mundo inalcanzab­le. Como el de las estrellas de Hollywood.

—Siempre le he visto muy frío. Con 18 años transmitía la sensación de tipo relajado…

—Eso me lo han ido inculcando en el Madrid desde niño. Cuando tan pronto te dicen que vas a ser el portero del Madrid, te creas una responsabi­lidad. Me sentía seguro, bien, confiado. Que cuando llegaban una vez solo y te metían un gol siendo Cadete o Juvenil, aunque ganábamos 10-1, ese gol en contra te caía como una losa. Pasar eso a cuando eres mayor, me sirvió de aprendizaj­e. Lo principal para un portero esa frialdad, confiar en ti mismo por encima de lo que puedan decir.

—Hablemos de la final de 2002. Aparece César como titular en aquella final en Glasgow. Se le llama usted a filas a 20 minutos en donde pasan tantas cosas, que se convierte en el héroe de la Novena.

—Fue una temporada durísima. De punto de inflexión para mí. Había estado jugando toda la temporada. César había jugado algunos de Champions. Vicente apostaba más por mí… pero en los tres últimos meses de competició­n, una o dos semanas antes de la final del Centenario, Vicente muda y confía más en César. Paso a jugar una vez al mes. Tenía 20 años y se te pasan muchas cosas por la cabeza. La confianza que tenía con 15 años y los siguientes de que iba a ser el portero del Madrid, igual no era así. Y piensas en que a lo mejor tienes que mirar fuera. Contemplar un salida. —¿Se lo planteó?

—Claro que sí. César tenía 30 años, era un portero más experiment­ado, más experto y curtido que yo. Ves que no juegas… Con 20 años quieres seguir tu progresión. Y ganamos la Champions. Recuerdo que en cuartos y semifinale­s, no sé por qué, César siempre había tenido algún problema. Y se dio la circunstan­cia de que en la final, en una jugada absurda, un balón que sale de la nada… Recuerdo que César había hecho tres meses fabulosos. Y veo que se cae y tira la pelota fuera. Yo no estaba preparado, ni me había cortado las mangas, ni preparado las medias… Y Vicente me manda calentar. Yo pensando que me tocaba volver al banquillo porque veo que César se levanta. En la siguiente jugada que le llega la pelota, veo que no puede y la echa otra vez fuera. Ahí veo que es algo grave y que Vicente se pone nervioso. Como se pone él. Me acuerdo que tenía a Guti al lado que iba a salir, pero no sale. Y Miñano cortándome las mangas. Al salir al campo viendo que me aplauden, me pongo nervioso, pero me ilusioné. En los últimos 20 minutos acabamos metidos en el área. En los últimos cinco llegaron esas tres acciones muy seguidas, muy de reflejos en el área. Sin querer, sin pensar, pasé de estar en el olvido a seguir metido en el Madrid y no sólo eso. Tras la final, Camacho me lleva al Mundial de Corea y Japón y al poco me dicen que Cañizares se ha lesionado para un mes y que voy a ser el titular.

Oporto “He ganado en salud mental. Necesitaba volver a encontrarm­e”

Real Madrid “De haber seguido, habría tenido un final peor del que tuve”

—Se me quedó grabado el llanto después de la final. No había manera de calmarte. —Fueron muchos meses de aguantarte mucho. La gente preguntaba ¿por qué Iker sale si el equipo está peleando por la Liga con el Valencia, en la final de Copa? Se hablaban muchas cosas de que si yo salía mucho por la noche, de que tenía problemas… Al final era un poco injusto, empiezas a vivir ese lado injusto que no le gusta al jugador. Y en aquella final me acuerdo que después del partido exploté. Llegó Su Majestad el Rey Juan Carlos y yo seguía llorando, él me pegaba cachetes y seguía llorando. No había manera. —Estamos ya en la época de los Galácticos. Aquellos fueron tiempos especiales. Cada jugador que llegaba daba la sensación de que le daba más brillo y grandeza al club. ¿Lo recuerdas así o como un momento en el que la fuerza de la imagen al final se acabó comiendo al fútbol mismo? —A mí aquel momento me pareció un posicionam­iento del club brutal. Creo que en ese sentido Florentino fue muy hábil, fue el que elevó al Real Madrid a la máxima potencia y le dio esa considerac­ión de talla mundial que el Real Madrid merecía. Todo lo bueno tiene algo malo. Cuando empezamos a ganar y llegaron Figo, Zidane, Ronaldo… Ganamos dos Ligas, dos Champions, Interconti­nental, Supercopa… —El problema es que en el camino íbamos perdiendo clase media…Y eso le quitó estabilida­d. —Exactament­e. Un equipo tiene que hacerse de grandísimo­s jugadores y de buenos jugadores. Esto no quiere decir que la cantera fuera mala, todo lo contrario. —El problema es que los titulares eran tan titulares que los chicos cuando eran llamados a la causa no tenían ritmo de competició­n. —Exactament­e. Creo que en aquel momento estar tres años ganando únicamente una Supercopa de España es un bagaje muy pobre para un club como el Madrid y para unos jugadores de talla mundial como los que había en esa plantilla. Pero de todo se aprende. —Hasta Florentino aprendió, que se tuvo que ir…

—Por desgracia para nosotros en aquel momento hubo una situación en el que el presidente tomó una decisión de abandonar el club porque veía que a lo mejor no había hecho las cosas bien y bueno, creo que fue esa impotencia de haber conseguido traer grandísimo­s jugadores, de haber conseguido meter al Madrid en lo más alto a nivel mundial y que no se consiguió a nivel de lo que realmente se precisaba: títulos. —En la etapa de Queiroz hasta marzo el equipo volaba, llevaba ocho puntos sobre el segundo, estaba clasificad­o… Y de repente se pierde la final de la Copa y de ahí es increíble pero de 36 puntos se ganaron 12… —Para mí fue de los momentos más tristes que viví en el Madrid. Porque éramos un equipo que estaba llamado a conseguir todo, favoritos en todo. Y recuerdo esos tres meses… No voy a decir el peor de la historia del Madrid desde que yo estoy, pero sí como el que más rabia tengo. Porque me hubiera gustado dar marcha atrás y haber vuelto a aquella final de Copa, a esa eliminator­ia contra el Mónaco y haber llegado más lejos con ese equipo. —Llega Calderón, Capello, Schuster… Dos Ligas, retorna Florentino aquella temporada con Pellegrini de los 96 puntos. —Florentino se fue en 2006 y el Madrid vuelve un poco a lo que era, parece que se había perdido un poco más los Galácticos y se había dado más importanci­a a conseguir títulos. Y una vez que llega otra vez Florentino es una mezcla porque se aprende de los errores del pasado y se hace un equipo compensado con jugadores españoles que habían sido campeones de Europa y jugadores muy importante­s de talla mundial: Kaká, Cristiano, Xabi Alonso... Es el salto de calidad que el Madrid quería y precisaba. Y es verdad. Si dices que sacas 96 puntos, todo el mundo pone todo lo que haya en su patrimonio para jugarse todo a que íbamos a ganar la Liga. Fue un golpe duro porque a mí Pellegrini personalme­nte siempre me ha parecido una persona educada, ejemplar… Siempre se comportó muy bien con el jugador. —Llega Mourinho. Tema delicado para hablarlo nosotros dos, ¿no? —No, yo no tengo ningún problema.

—El primer año se gana la Copa, el segundo año la Liga con muchos puntos y goles, una exhibición. Y el tercer año desde el Trofeo Bernabéu donde fuiste suplente empiezan a ocurrir cosas extrañas. —Fue el entrenador que se buscaba para competir con ese Barcelona que estaba deslumbran­do y eclipsando al Madrid. Es verdad que volvimos a competir por la Champions, a posicionar al Madrid al nivel que queremos con ese Barcelona. —Con un nivel altísimo de agresivida­d en los duelos directos con el Barça… —También creo que se politizó mucho aquel Madrid-Barça en ese mes de abril con la final de la Copa, los de Champions, el de Liga… Fue una locura para todos que ninguno supimos parar o, sobre todo, no sólo el fútbol, sino el mundo que rodeaba al fútbol. Asumir esos cuatro partidos que parecía también una guerra de política entre Cataluña, España… En fin. Fue un poco una locura que nos envolvió a todos. —Si os hubieran dejado a Xavi y a ti solos a lo mejor arreglaban hasta el tema político… —Bueno, después lo intentamos arreglar y creo que salió la cosa bien. Pero fueron momentos de mucha tensión porque empezó a salir ese madridismo que nunca me ha gustado ni me gusta, ese madridismo de forofo a un límite que no va conmigo. Yo me he criado en el Real Madrid antiguo. Soy madridista y quiero que el Madrid gane siempre. Así será toda mi vida. Pero yo no voy a ese extremo. —De todos modos fue una época en la que la mayoría silenciosa fue demasiado silenciosa. Se hizo con el mando ese Madrid… —Así es. Y a mí no me gustaba. Es verdad que creo que en el primer año de Mourinho todos estábamos en la misma burbuja por esa rabia de que no

Galácticos

“Florentino fue muy hábil, pero todo lo bueno tiene algo malo”

Mourinho

“En su primera temporada todos estábamos en la misma burbuja”

Tensión

“No me gusta ese madridismo de forofo a un límite que no va conmigo”

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain