El Olympiacos impide que el Madrid haga historia
Se queda en 13 victorias seguidas e iguala su mejor racha europea
David Blatt logró ante el Madrid, hasta ayer líder invicto de la Euroliga, el triunfo de prestigio que necesitaba para dar lustre al proyecto. Williams-Goss (23 puntos) hizo de Spanoulis y decidió desde la personal. Los blancos no perdían desde el 17 de abril.
El Olympiacos necesitaba un triunfo de prestigio para dar impulso al proyecto de Blatt después de un inicio algo desconcertante. Y necesitaba también una actuación convincente de sus fichajes, a ser posible de forma simultánea, de los Williams-Goss (23 puntos y muy certero al final desde la personal), Zach LeDay (12 y 5 rebotes) y compañía (Timma no se subió al carro). Y logró las dos cosas, al cobijo de La Paz y la Amistad, ante el campeón de la Euroliga, que llegaba además como líder invicto.
De paso le arrebató a los blancos la opción de hacer historia. Porque de haber ganado, el Madrid hubiera firmado su mejor racha de siempre en la Copa de Europa. Iba a por su triunfo número 14 desde que perdiera con el Panathinaikos el 17 de abril, pero la cuenta se paró en 13: cinco en el final de la pasada Euroliga y ocho en este arranque de curso. La novena se hundió en el puerto de El Pireo. Las mismas 13 que encadenó en la 2013-14. Fue un éxito sufrido de la armada roja en un duelo a tirones, pero con explosiones de enorme talento. Entre Williams-Goss y Spanoulis firmaron una salida de tacos digna del mejor velocista. Mal Campazzo atrás en ese tramo, y mal Causeur y Taylor. Al descanso el dúo dinámico agrupaba 32 puntos y 38 de valoración. Rudy limitaba el desaguisado y, pese a ello, la renta local tocó los 12: 48-36. El Olympiacos lanzaba de tres con una acierto del 62% (8 de 13) y se marchaba con 52 tantos, casi el 70% de lo que venía sumando en un partido completo (78). Era su día y su rival, un pulso entre quizá los dos mejores equipos de la década.
Pero como tanta veces, el Real se puso en pie con Carroll y un clínic de pase de Campazzo (13 asistencias). Y con defensa: buen trabajo de Tavares y parcial de 11-22, empate a 63.
Laso dio un respiro al en el arranque del último acto y la nave perdió su faro de referencia. El apagón (ocho minutos sin anotar una canasta) le costó la batalla en aguas atenienses. Williams-Goss hizo lo que mil veces antes vimos a Spanoulis: sentenciar con tiros libres. Seis sin fallo en los últimos 17 segundos. Una línea desde la que el Madrid desperdició el cartucho que le quedaba. Cuatro fallos en un último minuto al que entró 82-78.
Hubo ruido y hubo nueces, las que pusieron Strelnieks y el 2,13 Milutinov, decisivos a su manera. A los blancos les condenaron dos grandes apagones. El primero, defensivo; el último, anotador. Blatt llama a la puerta y el Madrid pasa página.