Un perfil Isco pero más vertical
Brahim es una de las últimas perlas de la cantera española, un jugador que encaja con el molde de futbolista de talento que brota en España
en las últimas generaciones. Uno de esos con el centro de gravedad bajo, tipo Isco, Oliver o Denis Suárez.
Como todos ellos, fue el que aportó la clase y la imaginación en la generación española a la que perteneció. En su caso, la del 99. Fue subcampeón de Europa Sub-17 y asombró a todo el mundo en aquel torneo disputado en Azerbaiyán. El City, ávido como siempre con los más jóvenes, ya se lo había asegurado un año atrás fichándolo del Málaga.
Brahim continuó con su proyección imparable: fue referente en la Sub-19, debutó en el primer equipo del City con sólo 17 años y en la Sub-21 con 18. Su descaro y personalidad le permiten quemar etapas a un ritmo vertiginoso.
De Málaga como él es Isco, el gran referente de la Costa del Sol en la última década. Las comparaciones entre ambos son pertinentes, por lo tanto. Pero hay una diferencia entre los dos, una sustancial. Brahim decidió irse al fútbol inglés y ahí aprendió a convivir con un juego más directo, de mayor ritmo, pura electricidad. Tiene visión de juego y absorbe mucho el balón, pero también encara y tiene uno contra uno. Jugador fantástico y apuesta ganadora. Antes lo fue Isco; hoy es Brahim.