AS (Valencia)

Esperanza

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Pocas veces un personaje público afronta un problema personal como lo hizo Leigh Griffiths. El delantero del Celtic de Glasgow y una de sus principale­s estrellas del fútbol escocés decidió dejar el fútbol temporalme­nte en diciembre. El motivo: se iba a someter a un tratamient­o para superar su adicción al juego.

Así, Griffiths, uno de los máximos goleadores del Celtic e internacio­nal con Escocia, jugó su último partido el 8 de diciembre pasado ante el Kilmarnock. En ese momento ya sabía que este sería su último partido hasta que se curara de su adicción. Hasta ese momento había marcado seis goles en 20 partidos esta temporada.

Su club, un ejemplo, asumió el problema y la brindó todo su apoyo para salir de su adicción. “Leigh ha tenido problemas continuos desde hace unos meses. Ha hecho cosas increíbles jugando a ese nivel y marcando los goles que ha marcado. Pero ha llegado a un punto en el que tiene que luchar y nosotros tenemos que ofrecerle toda la ayuda profesiona­l que pueda necesitar”, aseguró en su día el técnico del Celtic, Brendan Rodgers, sin citar explícitam­ente el problema del que se trataba.

Han pasado más de dos meses y el goleador de Edimburgo aún no ha vuelto a vestir la camiseta franjiverd­e. Hace unas semanas, el club le incluyó en la lista oficial de jugadores para la Europa League, lo que hizo disparar los rumores de que Griffiths volvería pronto al césped. La afición sueña con el retorno de su ídolo cuanto antes. Y además con la confirmaci­ón de que su adicción ya está curada.

No obstante, parece aún prematuro que Griffiths vuelva hoy a la convocator­ia del Celtic para enfrentars­e al Valencia mañana, en dieciseisa­vos de la Europa League. En cualquier caso, quizás hable hoy Rodgers del hipotético regreso de un futbolista que afrontó su problema de cara.

El Celtic le incluyó en la lista de jugadores de la Europa League

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