Sergio Ramos emerge imperial en el calvario
Sergio Ramos atraviesa un gran momento. Ante el Ajax se anticipó, venció en las jugadas divididas, sostuvo la defensa en las oleadas del rival, manejó con precisión la pelota y transmitió al Madrid la serenidad necesaria.
El Madrid perdió el orden y dejó dudas en Ámsterdam, pero salió ganador de un partido imprevisto por el brío del Ajax, que añadió pasión a su tradicional academicismo. La mezcla resultó explosiva para el Madrid, que sufrió un calvario en el primer tiempo. En el segundo recuperó algo de pulso, suficiente para lograr la victoria, insuficiente para vivir tranquilo.
Los últimos resultados del equipo holandés habían rebajado el nivel de alerta en el madridismo y quizá en el equipo. En los últimos 20 años, el Ajax ha producido su tradicional cuota de excelentes jugadores, sin recuperar el poder que tuvo en sus mejores tiempos. Club admirable por su escuela y por su obsesión en mantener la cultura que le convirtió en un faro mundial, el Ajax ha pagado el precio de su éxito en los tiempos del mercado libre. Sus mejores futbolistas tardan poco en explorar otros campeonatos.
Aunque ha mantenido sus buenas maneras durante las dos últimas décadas, al Ajax le penalizaba el éxodo constante de jugadores y la juventud de sus sucesores. En Europa hacía buena letra con poca trascendencia. Le faltaba pasión y poderío. Contra el Madrid ofreció su mejor versión desde el célebre Ajax de mediados de los años 90, cuando Van Gaal
articuló uno de los mejores equipos que se han visto sobre un terreno de juego. Ésta edición no alcanza ni de lejos aquella grandeza, pero al Madrid le dio un buen dolor de cabeza, sostenido por varios jugadores interesantes (Neres, Ziyech, De Ligt, Van de Beek
y el incansable Tadic) y un centrocampista especial, Modric
Ajax Ofreció su mejor versión desde el célebre de los 90