Torregrosa dimite al no perdonar la deuda de 4,5 millones
El Consejo le empujó a marcharse
Cuando se supo que Gabriel Torregrosa había adquirido a través de subasta unos 4,5 millones de euros de crédito concursal del Real Murcia, se entendió en el entorno que el entonces consejero grana haría un gran favor al club. Todos contaban, atendiendo a las palabras del propio Torregrosa, con que perdonaría la deuda (que había adquirido en subasta en unos pocos lotes por un coste de 100 euros cada uno) y cuando llego la hora de la verdad, se negó.
La última reunión de los dirigentes fue especialmente tensa. Varios de sus compañeros le exigieron que firmara, de forma oficial, cómo daba el paso. Y Torregrosa se negó. El abogado se mantuvo en el Consejo tras la última Junta porque horas antes de la aprobación mantuvo en su discurso que
Demorando Tras meses aplazando su firma, el Consejo le exigió y éste se negó
aceptaría perdonar esa deuda, pero esto no ocurrió. El ya ex consejero vio como algunos amenazaban con dimitir si él no se marchaba y horas más tarde lo notificó en los foros internos de la PARMU.
Torregrosa esgrime que la deuda la compró Plazarte y que necesita el ok de su socio en la mercantil para la operación. Los movimientos de Torregrosa han sido llamativos: entró con Raúl Moro y luego dimitió, apoyando a Mauricio, cuando el mejicano no fue inscrito en el Libro de Socios. Se integró en la PARMU y volvió al Consejo, que negó la inscripción de García de la Vega. Intentó negociar con Gálvez la condonación de 4,5 millones y éste se negó. Y con el actual Consejo (que le ofrecía 1.000 euros) también se probó sin suerte exigiendo una serie de contraprestaciones. Con su marcha, entra el consejero suplente: Quique Baeza.