El libreto de Marcelino sigue interiorizado
El Inter ganó el Naranja en penaltis pero el Valencia mostró buena cara
Marcelino ya no está para bromas. En siete días empieza LaLiga y el técnico ché y su equipo se tomaron el Naranja como un partido oficial. Al menos, los primeros 45 minutos. Por convicción u homenaje, Marcelino alineó a los mismos 11 que en el Villamarín, en la final de Copa, contra el Barça. Y salvando las distancias, el resultado fue el mismo. Soler desbordando, Gameiro volviendo loca a la defensa con sus desmarques, Rodrigo creando y Parejo organizando. Este Valencia, que
apenas se ha reforzado, juega de memoria. Y esa es la mejor noticia para Marcelino y para todo Mestalla.
Todo apuntaba a una victoria por la mínima. El resultado en estos partidos es lo de menos. Pero lo cierto es que apuntalaba el buen trabajo del grupo y daba poso a un bloque que sigue con el libreto interiorizado y juega casi de memoria. Pero en el 82’ Kang-in perdió un balón de esos que le dan la razón a quienes piensan que aún no está del todo cuajado para según qué partidos. El Inter se lanzó a la contra por primera vez en todo el partido y en el repliegue Cheryshev acabó haciendo penalti cuando el delantero interista ya estaba rodeado por sus compañeros, con pocas opciones de sacar nada positivo. El penalti motivó el empate final y que el trofeo Naranja acabara en las vitrinas neroazurri. Quedarse con la buena primera parte del Valencia es lo más coherente.
El equipo de Marcelino mandó en este primer acto con Parejo y Coquelin (después con Kondogbia) manejando el balón en el centro del campo y Guedes y Soler como estiletes en las bandas. Gameiro, arriba, se mostró rápido y cayendo a bandas con destreza, con Rodrigo por detrás intentando crear.
Pero el peligro real llegó por los costados. Carlos Soler demostró que llega a tiempo para el debut liguero a pesar de haber comenzado más tarde el trabajo. El valenciano la mandó al palo de Handanovic nada más empezar. Insistió con empuje por su lado, cayendo al centro. Y en el 37’ le llegó el premio. Guedes percutió por la izquierda con un doble recorte a D’Ambrosio, centró al área. Y allí apareció, llegando desde atrás, Soler, para marcar de cabeza. A lo Baraja.
El Inter llegó sin Lukaku, Godín, Perisic y, por supuesto, Icardi, fuera de la disciplina del grupo de Antonio Conte. Y poco mostró en Mestalla. Sólo Brozovic y un voluntarioso aunque aún fuera de forma Lautaro daban algo de vida a los pocos interistas que había en Mestalla. El duelo olía a 1-0. pero una pérdida de Kangin acabó en penalti de Cheryshev y gol de Politano. El ruso tuvo el 2-1 en el 90’. El Inter ganó en penaltis, tras fallar Garay el séptimo lanzamiento.