AS (Valencia)

Aprendices de Newey

El campeonato ‘Formula Student’, nacido en Estados Unidos hace 41 años, se ha convertido en un trampolín para aquellos estudiante­s de ingeniería que sueñan con llegar a trabajar en la Fórmula 1

- CARMEN RUIZ

La Fórmula más habitual viene acompañada de un número 1 a su espalda. Sin embargo, siguen quedando grandes desconocid­as que a su vez saben mucho de esfuerzo, emoción y trabajo en la lucha por un sueño. ¿De qué se trata? Hablamos de otra Fórmula, en este caso seguida de Student. Pero, ¿qué más encierran estas dos palabras? La Formula Student se ha convertido en la competició­n de ingeniería más asentada de Europa y en un trampolín donde podrían encontrars­e los futuros Newey o Brawn del Gran Circo.

Este campeonato ha pasado a ser la variante europea de la americana Formula SAE (Society of Automotive Engineerin­gs), que comenzó hace 41 años, en 1978, conocida como ‘SAE mini Indy’. Tras un primer proyecto que nació para ofrecer

un programa más completo de formación a quienes estudiaban ingeniería en las universida­des, la Formula Student ha terminado transformá­ndose en una oportunida­d de conocer el mundo del motor desde dentro, dándole voz a una valiente e innovadora forma de aprendizaj­e. Aunque con un objetivo final: fabricar el monoplaza más rápido y fiable para ganar a las universida­des rivales.

¿Su mecánica? Destinan tres meses a diseñar, estudiar y realizar simulacion­es para poder validar el diseño del monoplaza, y a continuaci­ón llega el periodo de fabricació­n. Es donde más horas invierten los estudiante­s hasta llegar a un prototipo que será evaluado por expertos del motor, a partir

Líder A la cabeza está la Universida­d de Stuttgart (826,97 puntos)

de diferentes pruebas que decidirán cuál es la mejor propuesta. Se dividirán entre dinámicas (675 puntos) y estáticas (325 puntos), para sumar un máximo de 1000 puntos que destacarán al coche con mejores prestacion­es en aceleració­n, frenada, estabilida­d… siempre dentro de la seguridad.

Sólo podrán ser valorados, en una lista donde la mejor universida­d española, la UPValencia, es 13ª (690,14 puntos) con la Universida­d de Stuttgart a la cabeza (826,97), aquellos monoplazas que tengan luz verde tras una ITV donde los jueces velan por el cumplimien­to de normativa y diseño. Esta inspección es una de las pruebas más exigentes, entre el 20 y el 30% de los aspirantes no reciben el visto bueno de la organizaci­ón para seguir formando parte de un evento que no son simples verificaci­ones. Es mucho más.

Cada equipo debe desarrolla­r una empresa alrededor del monoplaza. La financiaci­ón para cubrir las necesidade­s de un coche que no podrá exceder de los 21.000 euros, deberán conseguirl­a también los alumnos a través de patrocinad­ores, como cualquier equipo. Después deben crear un plan de negocios atractivo para posibles inversores, que también se juzgará. En las evaluacion­es dinámicas se valora el potencial sobre el asfalto, aunque lo importante no es sólo ser el más rápido, sino también aprovechar los recursos.

Actualment­e las competicio­nes se celebran en lugares tan dispares como Australia, India, Reino Unido, Italia o Alemania, considerad­o como el certamen con más nivel del mundo. Sin embargo, pese al talento de los germanos, es en las pequeñas diferencia­s donde están los grandes resultados. Esos que se convierten en inesperado­s dentro de un programa que brinda a los estudiante­s la ocasión de desarrolla­rse mientras cumplen sus sueños. De aprender mientras se realizan como ingenieros que siguen los pasos de Brawn, Lowe, Newey o Allison en “una de las mejores experienci­as” de sus vidas. Ellos lo tienen claro y ustedes, ¿qué quieren ser de mayores? Pasen y sueñen.

Empresa Los estudiante­s también deben buscar financiaci­ón

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