AS (Valencia)

Scariolo “Yo le fallé a Marc en 2009”

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A sus 58 años, ¿a usted qué le mueve?

—El amor por el juego. Al final, esa es la gasolina. No sólo la que te hace divertirte, sino la que te anima a repetirlo. Y también a apretar bien los dientes en los momentos difíciles.

—¿El anillo de campeón NBA vacía o espolea?

—Durante un par de días estás vacío de energía. Recuerdo que Marc ni se movía físicament­e. Lo mío era más mental. Pero ganas autoestima y tienes la sensación de estar bien para el siguiente desafío. Y es muy grande: el Mundial.

—¿Está feliz de ser un tipo ambicioso?

—He aprendido que la ambición tiene que ser realista. Si no, puede generarte grandes frustracio­nes.

—Decía Lopetegui que “la felicidad en fútbol es cenar a gusto después de ganar un partido antes de preparar otro”. ¿Lo ve así?

—A veces ni eso.

—¿Va a ser esta una Selección revolucion­aria?

—(risas) Las revolucion­es las han hecho grandes personajes. Diría diferente. Mantendrem­os nuestras señas de identidad, pero somos más ligeros y tenemos menos capacidad de inventar canastas.

—¿Le motiva que nadie espere nada de este equipo?

—Siempre hemos conseguido llegar al máximo de nuestras posibilida­des. Luego la competició­n casi siempre nos ha

A sus 58 años, el selecciona­dor, seis medallas al frente de España, desveló a AS en esta entrevista realizada en Los Ángeles un secreto que ha estado guardado diez años.

puesto donde hemos merecido y espero que esta vez vuelva a ser así. ¿Qué lugar? Es un poco pronto para decirlo.

—¿Cree que España no es la número 2 del mundo?

—La valoración que está haciendo el baloncesto mundial nos coloca incluso más abajo de la cuarta plaza. Hay quien nos pone sextos.

—Igual que usted ha llevado cosas de Europa a la NBA, ¿va a implementa­r algo de la NBA en esta Selección?

—En Europa se utiliza mucho el pick and roll. Podemos jugar más sin balón. Y el juego sin balón es una de las cosas que la NBA hace mejor que nosotros y me gustaría que los jugadores españoles aprendiera­n a hacerlo.

—Usted es un gran amigo de Sasha Djordjevic. ¿Sabe qué estaba pensando cuando dijo eso de “si nos encontramo­s con el Team USA que Dios les ayude”?

—Con todo el respeto y la amistad con Sasha, primero dudo que lo haya dicho. Porque no creo que lo haya dicho. Y segundo, no me siento capacitado para dar una opinión de los rivales casi sin haberlos visto. —“Hay que dejar jugar a baloncesto a Ricky”. ¿No le quiere cargar de presión?

—No se trata de meter puntos, se trata de los porcentaje­s y de la elección de tiro. Ricky ya tiene el balón en las manos todo el tiempo. Si él mantiene un alto nivel de buena elección y de porcentaje, no sólo yo, sino todos, estaremos encantados de que tenga ese protagonis­mo anotador. Si esto baja, Ricky, que es muy inteligent­e, ya será el primero que no forzará.

—¿Contento de tener un capitán como Rudy?

—Encantado. Y ahora como jugador es más completo. Más preciso.

—Marc dijo en estas páginas que su relación con Scariolo ha cambiado “muchísimo”.

—Es que yo a Marc empecé fallándole. Tengo que decirlo. Le fallé en 2009 porque le prometí un papel de titular junto a su hermano Pau. Y las circunstan­cias cambiaron en la preparació­n de aquel Eurobasket y no fue titular. Creo que con el paso de los años, y con los hechos y la honestidad que demostré, eso cambió. Durante bastante tiempo, sentí una deuda moral con él. No tenía que devolverle nada en detrimento de sus compañeros, sólo tenía que pagar con coherencia y respeto.

—En Toronto ha sido intenso.

—Toronto me ha valorado. He tenido una labor tutorial con Marc y con Ibaka, seguirlos personalme­nte en una tarea solicitada por Nick Nurse. Allí hemos vivido momentos tremendos, buenos y malos. Yo he sentido el apoyo de Marc y creo que él ha sentido el mío.

—Termina contrato en 2020. ¿Ha hablado ya de su continuida­d con el presidente?

—Hay cuatro componente­s que tienen que entrar en esta ecuación: el club, la federación, mi familia y yo. Depende del consenso, o no consenso. Y en este momento creo que estamos en la vorágine de un Campeonato del Mundo y no es el momento para afrontar este discurso, desde luego.

—¿Le ha decepciona­do el no de Mirotic? Por el hecho de que debía jugar un papel fundamenta­l.

—¿Y por qué no el de Ibaka, Sergio Rodríguez, Abrines y Abalde? Hemos tenido una petición de los cinco de no considerar­les. Para mí están todos en el mismo plano. No hay ningún rencor y ningún mal rollo guardado de cara al futuro. Ha pasado otras veces. Lo que no existe es lo de Pau. Todos estamos por debajo del compromiso que Pau ha demostrado por esta camiseta. Sólo Navarro podría estar a su altura.

Confesión “Durante tiempo sentí una deuda moral con Marc”

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