AS (Valencia)

Satisfecho

- N. ALBARRÁN /

“Esta es la mejor pretempora­da que he hecho en mi vida”

¿Qué tal está?

—Me siento muy bien. Cumplí el plan de entrenamie­nto que buscaba. En 2018, cuando acabó la temporada, desconecté e hice el Camino de Santiago. Luego me senté con mi equipo y hablamos de cómo íbamos a enfrentar los dos siguientes cursos, hasta Tokio. Y decidimos afrontarlo­s como si fueran una sola campaña. El primer año serviría como base para poder entrenar la velocidad en 2020. Ahora me he orientado más hacia los entrenamie­ntos de 400, de fuerza, y he hecho la mejor pretempora­da de mi vida, larguísima y muy completa.

—¿Cómo ha vivido este año?

—Acabé el 2018 en Getafe, aunque hice una mala marca en 100. Fue en el relevo 4x400 de los Europeos de Berlín donde considero realmente que terminé, en agosto. Sabiendo que los Mundiales de Doha iban a ser en octubre, decidí hacer el Camino de Santiago y por eso no estuve en la campaña de pista cubierta. Aunque hubo otra razón. Tengo pubalgia, una lesión de cadera que no desaparece. No sabía si me iría bien. Quería competir en mayo, pero una lesión en el Aquiles hizo que se aplazara el regreso hasta ahora.

—¿Qué le gustaría hacer en los Mundiales? —El relevo 4x400. Tengo un compromiso serio con esto. No sólo para Doha, sino para los Juegos de Tokio, para los que aún no estamos clasificad­os. No correré en 400 porque no tengo tiempo de prepararme bien, aunque depende de cómo me salgan las carreras ahora, pero en principio no. Si todo va bien, haré dos o tres antes de Doha. Todo esto con la idea de correr 100 y 200 el año que viene. —¿Con la mente en Tokio? —Sí, ese es mi gran objetivo. Preparar el 200 de Tokio. Es mi plan a medio plazo e incluso a largo, porque no me gusta mirar más allá. Voy a ponerlo todo en los Juegos. Es mi forma de asegurarme de que lo voy a dar todo, el 100%, como si no hubiera mañana. No me gusta pensar en que tendré otra oportunida­d más adelante. Luego, ya veremos qué pasa.

—¿En quién y en qué se ha apoyado para sentirse bien? —Estoy en una temporada normal, en la que lo que te puede perjudicar son las lesiones. Confío mucho en mi fisio, Miquel Ángel Cos; en el plan de mi entrenador (Adrian Durant). Es todo profesiona­l, cuando después del accidente de tráfico (fue en 2016 y casi pierde la mano derecha) fue mucho más personal y tuve que acogerme a la gente cercana. Ahora me acojo a mi gran sueño: Tokio 2020. Y a la confianza de que el trabajo que hago es el correcto para llegar. —Vuelve a Madrid, una ciudad que le trae buenos recuerdos... —Hice el récord de 400 el año pasado y el de 100 en 2016. Las dos veces en Moratalaz. Será mi estreno en Vallehermo­so, que como es una pista nueva, supongo que será rápida. El Meeting de Madrid siempre me ha ido bien y me he sentido muy arropado por la gente.

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