Optimismo en tiempos atribulados
La Selección se ha movido en circunstancias dramáticas durante el último año y medio. El fichaje de Lopetegui por el Real Madrid en vísperas del comienzo del Mundial 2018
produjo una conmoción pocas veces vista en el fútbol español. El desempeño del equipo confirmó los peores temores. Difícilmente se puede funcionar bien en un ambiente extremadamente enrarecido y en una situación de enorme incomodidad. Un año después, Luis Enrique
renunció al cargo debido a las trágicas circunstancias familiares. No parecía el ámbito más amable para Robert Moreno,
encargado de dirigir a la selección de manera eventual frente a Malta, Islas Feroe y Suecia y confirmado este verano.
Nueve años de trabajo junto a Luis Enrique le han servido para configurar un modelo de fútbol que ha plasmado en su breve estancia en el equipo.
La Selección transmite optimismo y jerarquía. Es agresiva en la presión, ataca con verticalidad, no especula y siempre ha dado sensación de superioridad.
España ha ganado los cinco partidos (Malta, Islas Feroe, Suecia, Rumanía e Islas Feroe) con el nuevo seleccionador en el banquillo. Los mejores han sido contra los mayores obstáculos. Jugó francamente bien contra Suecia y brilló frente a Rumanía en Bucarest.A estas alturas, la Selección se ha destacado tanto en el grupo que puede perder los dos próximos partidos y mantener el liderazgo.
Moreno no ha transmitido dudas hasta el momento. El equipo es agresivo en la presión, ataca con verticalidad y no especula. En todos los partidos el porcentaje de posesión ha sido muy alto, pero sin retórica. El juego ha sido armónico y rápido. Siempre ha dado una gran sensación de superioridad. España ha resuelto además un par de situaciones complejas. Reaccionó con carácter al empate de Noruega