Optimista
El tortuoso pero ya inolvidable viaje por China acaba en Pekín. De Ningbó, donde España terminó de preparar el Mundial en un torneo amistoso, hasta la capital han pasado ocho partidos (dos amistosos) y tres ciudades más: la acaudalada Guangzhou, la reivindicativa Wuhan y la vibrante Shanghái. El escenario es maravillosamente inesperado para España, que juega hoy contra Australia (11ª del ránking FIBA) la segunda semifinal de su historia en un Mundial (en 1982 acabó cuarta, pero con distinto formato). Lo hace, además, con el extra del pasaporte para los Juegos ya en el bolsillo. Llegados aquí, sin embargo, un deportista ya no sabe frenar. Para ser eterno, hay que conquistar Pekín.
La contención con que la Selección celebró su clasificación para semifinales es la pista de que el trabajo no ha finalizado. “Pasará o no, pero el objetivo es ser campeones”. Ricky se siente en el instante cumbre de su carrera. Con opciones de ser el MVP y, sobre todo, con la
■ “La muñeca va tirando”, dice sonriente Sergio Llull ante los medios. Aquel mal gesto en el partido contra Irán de la primera fase no está olvidado, pero para quien tenga dudas de si estará al cien por cien contra Australia, una reflexión rápida: “Es el día y es el partido. Vamos a dejarnos la piel. responsabilidad de guiar a España. A su inspiración ha unido un deseo inmenso en la preparación. El cocktail ha resultado: 15,3 puntos con un acierto del 45,3%. Ya es, además, el mejor asistente de la historia del Mundial.
Australia es una peligrosa eterna perdedora. Su mejor posición en un Mundial es un quinto puesto. En los Juegos disputó cuatro semifinales Cuando juegas una semifinal de Mundial, el que esté cansado que avise y que se quede en el hotel. Estamos bien físicamente y nos vamos a dejar la vida”.
Motivación y baloncesto. Llull ha liderado junto a Rudy, Ricky Rubio, Víctor Claver y Marc Gasol un quinteto que y siempre quedó cuarta. La Holanda del baloncesto, si prefieren. Los boomers, que tienen un balance desfavorable contra España (2-7), sienten que es su momento. Patty Mills, 31 años, y Joe Ingles, a punto de cumplir 32, son los jugadores que más minutos han sumado en el Mundial (193). El tercero también es australiano, Dellavedova (173). Marc (164) es el que más ha jugado en
La historia sonríe a España: 2-7 en los precedentes con Australia
Amenaza El mayor peligro de Australia es Patty Mills, base de los Spurs
cuando coincide en el campo, que ha sido en los minutos decisivos de los partidos importantes, ha sumado un +39 de balance. “Creo que al final somos los cinco más veteranos, con más internacionalidades, y los que estamos más acostumbrados. El dato es bueno y jugamos de memoria, nos España. El pívot ha dado síntomas de cansancio, pero está gestionando con sabiduría la energía que le queda. “Vitaminas, recuperación”, decía. Hace falta un Marc grande contra Bogut y el gladiador Baynes.
Aunque el plan de partido será básico y Mills aparece como la gran amenaza (más de 20 puntos en cuatro de los últimos cinco partidos), parte de la final puede estar en el depósito de gasolina de cada equipo. España ha tratado de gestionar sus minutos, pero su rotación ha sido muy corta. La de Australia es similar, pero el final está cerca. Eso, y la colonia de fieles aficionados que se ha ido sumando en el viaje por China, animan a cualquiera.
El escenario tiene mística para España. En el Wukesong jugó una final olímpica de dibujos animados contra EE UU. Aquel mediodía todo parecía posible. Que Rudy volase por encima de Howard; que Ricky hiciera magia con 17 años, que Jiménez parase a LeBron... Aquella historia quedó sin rematar. Hoy también se juega por la mañana. Buenos días, es el momento de hacerse eterno. conocemos desde hace muchos años y es fácil complementarnos los unos con los otros”.
Llull, además, se mueve entre dos posiciones: “Para mí no es nada complicado jugar de uno o de dos. Mi rol lo tengo claro: poner mis cualidades al servicio del equipo”.