El gran corazón de Argentina frente al músculo de Francia
Ambas juegan la otra semifinal
Tras hacer saltar por los aires los pronósticos del Mundial, Argentina y Francia juegan una semifinal imprevisible en el Wukesong de Pekín. Aquí hace once años que Luis Scola se colgó el bronce en los Juegos. Ahora, con 39, aparece como un iluminado que sueña con levantar la primera Copa del Mundo para Argentina desde 1950. El ala-pívot lleva 17,8 puntos y 7,3 rebotes de media y ya es el jugador que más partidos ha jugado en la historia de los Mundiales por delante de Jerome Mincy.
Tantos años junto a los Pepe Sánchez, Ginóbili, Delfino, Oberto y Nocioni, Scola ha encontrado un socio de campanillas para este campeonato. Campazzo, a un nivel que pocos sospechaban en sus inicios, está explorando sus límites. Con 13,8 puntos y 8 asistencias, es la otra esperanza individual de un equipo con un tremendo corazón en el que Deck se ha hecho grande y en el que Garino y Laprovittola también han hecho lo suyo.
Pero Francia son palabras mayores a día de hoy. Podría decirse que, a estas horas, es el ogro del Mundial. Ofreció sensación de poderío contra Estados Unidos y se siente ante la mejor oportunidad de su historia de ser campeona del mundo. Es difícil pensar cómo Argentina puede frenar a Gobert. Intimida y está en un nivel superlativo, al igual que Fournier y De Colo. Es difícil saber si habrá tanto corazón en Argentina para frenar la actividad física que generan los franceses. Es la semifinal del subidón.