El VAR destroza al Celta y aúpa al Granada a Europa
Los locales estuvieron más de una hora con nueve jugadores
La locura tardó poco tiempo en instalarse en Balaídos. El fútbol dejó paso al VAR, que se erigió en protagonista absoluto durante la primera parte y en un factor determinante para el resultado final. Y es que dos acciones revisadas por el colegiado en el monitor ubicado a pie de campo supusieron sendas rojas para el conjunto local. Jorge Sáenz fue víctima de la Ley del talón a los diez minutos y Beltrán se fue a la calle tras una temeraria entrada sobre Puertas. Fueron dos decisiones justas que dejaron al Celta con nueve jugadores a la media hora de partido.
El desquicie era tremendo en la parroquia celeste. Los jugadores, impotentes, recurrían al orgullo y multiplicaban su esfuerzo para tratar de igualar las fuerzas. Al Granada también le pilló por sorpresa el cambio de escenario. De repente, la victoria se convirtió en una obligación, algo que le pasó factura en la fase final del primer acto,
Apues no eran capaces de dar fluidez al juego. Hasta que la autopista quedó totalmente libre para ellos en el último de los seis minutos de descuento de la primera mitad. Mallo concedió un córner innecesario, Montoro le puso el balón en la cabeza a Germán y el central remachó a la red. El mazazo definitivo para hundir al Celta. Definitivamente no era su tarde.
Por si esto no fuera suficiente, no habían pasado ni diez minutos de la reanudación cuando Yangel Herrera sorprendió con un auténtico golazo. Su zapatazo desde fuera del área, imparable para Rubén, besó el larguero antes de alojarse en la red. A partir de ahí, bandera blanca de los vigueses y pacto de no agresión de los nazaríes. El Granada volvió a ganar en Balaídos después de 61 años y prolonga su gran inicio de temporada. Ya está en puestos europeos, con los mismos puntos que el Barça, a uno del Real Madrid, a dos del Atlético y a tres del líder Sevilla. Casi nada.