El pívot que no quiso ser Gasol

Fran Vázquez anunció ayer su retirada del baloncesto, seis días después de cumplir los 37 años. Lo hará al término del presente curso, si es que finalmente se puede acabar, en las filas del Zaragoza,

una de las siete camisetas de clubes que ha vestido en su carrera, siempre en la ACB, en la segunda mejor liga del mundo. En la primera, la NBA, también pudo haber jugado. Fue elegido con el número 11 en el Draft 2005 por Orlando Magic, la tercera posición más alta de un español tras Pau Gasol y Ricky Rubio. Viajó a la ceremonia, visitó las instalaciones de su nuevo equipo, pero a su regreso decidió que prefería quedarse en casa y aceptó un gran contrato del Girona.

Siempre pensamos que un 2,09 con sus cualidades pisaría la liga norteamericana antes o después. Pero nunca volvió. Fran es así.

Fran Vázquez ha seguido una carrera difícil de entender, pero la ha cerrado con sensación de plenitud: “He sido muy feliz”. En 2005 ganó la Copa con el Málaga, su segunda casa, su primer gran título, y luego con el Barça sumó otras tres Copas, tres Ligas y la Euroliga de 2010, su cénit.

Todavía ostenta varios récords de taponador en la ACB y en Europa. Vázquez ha sido un grande del baloncesto español, aunque paradójicamente no haya participado del éxito de la mejor Selección de la historia. Incompatibilidades con los Gasol, dicen. Fran sólo jugó dos fases finales, el Eurobasket 2005 y el Mundial 2010, en ambos casos sin medallas. No quiso, no pudo o no le dejaron. Pero obtuvo un premio extra en la prórroga. Jorge Garbajosa y Sergio Scariolo le convencieron para jugar las Ventanas, donde se erigió en uno de los héroes de la clasificación. El Mundial de China 2019 también es de Fran Vázquez, aunque, en el fondo, no le importó tanto la medalla, como haber logrado que su hijo Aitor le viera vestido con la camiseta de España. Así es Fran. Un pívot que no quiso ser Gasol, pero cumplió sus propios sueños.