No habrá aficionados en Harding Park por culpa de la pandemia
El golf le da y le quita a Jon Rahm. Hace algo más de dos semanas el vizcaíno se coronó número uno del mundo en el Memorial y el pasado domingo cedió su trono a un triunfante Justin Thomas en el St. Jude Invitational.
La resaca de su doble triunfo en Muirfield le ha sentado mal a Rahmbo, que cerró uno sobre par su primera defensa del liderato: “Son cosas que pasan. El domingo estaba más enfadado por lo mal que jugué que por el número uno. Lo perdí yo porque jugué mal y Justin estuvo increíble, pero por suerte ya tengo una nueva oportunidad de recuperarlo y a por ello vamos”.
La oportunidad es el PGA Championship, primer major del año que arranca hoy en el TPC Harding Park de San Francisco, en California (EE UU). Rahm desembarca en la bahía con dos objetivos nítidos en la
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mirilla: estrenar su cuenta en los grandes y volver a tocar la cima del ranking.
Tendría altas probabilidades de alcanzarla en caso de victoria y como mínimo deberá terminar en el top-23 y esperar un tropiezo del golfista más regular de la temporada, Thomas, que acumula tres triunfos en lo que va de año y lidera también la FedEx Cup. El de Kentucky aspira a reeditar su triunfo de 2017 en Quail Hollow tras perderse la última edición por una lesión.
Es una de las estrellas más brillantes de un cartel con 95 de los 100 mejores jugadores del mundo y nadie para verles en directo por culpa de la pandemia de coronavirus. En él
Jon Rahm puja en el PGA Championship por ganar el primer major de su carrera y volver al número uno del mundo