Billete para Lisboa
● El Nápoles presionó mucho al final
Leo marcó el segundo y forzó el penalti que le sirvió a Suárez para marcar el tercero
cartera a Koulibaly, el central le arreó un patadón que Çakir sólo se creyó cuando en plan Santo Tomás lo pudo ver en el VAR.
No obstante, el Nápoles aún disfrutó de una nueva oportunidad para reengancharse al partido cuando ya en el descuento, Rakitic hizo caer a Mertens en el área. El penalti lo transformó Insigne poniendo al
Nápoles a un gol de meterle miedo en el cuerpo al Barça.
Aferrado a esa nueva esperanza, el equipo italiano salió dispuesto a quemar sus naves en busca de ese gol que les metiera en el partido. Adelantaron su presión los de Gattuso creando muchos problemas a los blaugrana en el inicio de la jugada. La segunda parte era un calco del partido, con los italianos instalados cerca de Ter Stegen.
Sufriendo y tratando de defenderse con el balón, el Barça capeó el temporal y Gattuso decidió jugarse el todo por el todo a veinte minutos para el final dando entrada a Politano y a Irving Lozano. En el banquillo del Barça, Setién seguía sin mover ficha apurando las prestaciones de los titulares, a los que a alguno ya se le empezaba a ver las costuras físicas, pero en el banco tampoco había demasiado donde elegir. Y mientras, SetIén se lo seguía pensando, Gattuso agotaba los cinco cambios dando entrada a Elmas y Milik, que nada más salir marcó el 3-2, pero en fuera de juego, por lo que fue anulado. El suspiro de tranquilidad de los blaugrana se escuchó en toda la ciudad.
A falta de siete minutos, Monchu debutó en la Champions entrando por Griezmann para tratar de asentar el centro del campo y evitar sustos para confirmar un 4-4-2 como una casa, con el que el Barça se pertrechó en defensa achicando balones. Pero lo importante estaba hecho. Ahora espera el Bayern. Ahí el sufrimiento estará más que garantizado.
REPORTAJE GRÁFICO AGENCIAS