AS (Valencia)

Unos centrales de 150 millones

- JOSÉ A. ESPINA

El 3 de junio de 2019 el Sevilla anunciaba oficialmen­te su primer fichaje para la temporada que todavía no ha terminado, esta 20-21: Diego Carlos, con nombre (y perfil) de galán de telenovela. Un central del que a simple vista sólo se pudo adivinar que tiene buena planta pero que iba a costar 15 millones y que llegaba, con 26 años ya, procedente del poco poderoso Nantes, de la Ligue 1. No causó la llegada del defensa brasileño precisamen­te euforia en el sevillismo, esperanzad­o solamente un poquito porque se trataba de la primera incorporac­ión del casi siempre fiable Monchi en su regreso como director deportivo al Sánchez Pizjuán.

Jules Koundé tardó un mes más en aterrizar por Sevilla. El Girondins de Burdeos había apretado hasta los 20 millones de euros más unas variables que, si se cumplen, convertirá­n al defensa francés en la incorporac­ión más cara de la historia nervionens­e. Jules apenas supera el 1,80 e imponía mucho menos físicament­e que Diego Carlos, tenía entonces 20 años solamente además. Pocos del gran público lo conocían y algunos recelaban del gran desembolso pero Monchi salió rápidament­e al paso: “Con el tiempo, estoy seguro, se comprender­á esta inversión”.

Algo más de un año después, Koundé está en el radar de Zinedine Zidane y de otros entrenador­es de grandes clubes dispuestos a desembolsa­r mucho más de esos más de 20 millones que costó el francés el verano pasado. “A mí tampoco me preocupaba mi precio, porque no dependía de mí... y porque Monchi sabe lo que hace. Después de tantos fichajes suyos es para estar tranquilos”, dice Jules a AS con una madurez que asusta, la misma que muestra cada vez más en los partidos. A principios de Liga, fallos como los que cometió en Eibar que costaron la derrota pusieron bajo sospecha su incorporac­ión. Pero Koundé se ha repuesto a todo. Tiene una cláusula cercana a los 90 millones de euros que no parece baja todavía porque el coronaviru­s, a priori, lo ha abaratado todo, en fútbol con más razón aún.

La rescisión de Diego Carlos cuesta solamente 75. El brasileño, a día de hoy más hecho (por edad) que su compañero de zaga, sabe ya de ofertas mareantes de clubes que sin embargo no llegarán a pagar lo que vale su libertad, pero que sí negociaría­n. Liverpool, Bayern, City... El Sevilla se remite a la cláusula aunque si algún club se acerca a ella lo valoraría. Es la filosofía de vender para crecer con la que ha funcionado tan bien el club durante estos años de gloria. Pero malvender, toda vez que la clasificac­ión para Champions proporcion­ará unos ingresos que vienen como agua de mayo, nunca. En Nervión ya hay quien se frota las manos con la posible cantidad que, si todo va como lo previsto, podrían ingresar por el que muchos consideran como el centro de la defensa más en forma y quizá con más futuro de Europa: 150 millones de euros.

La pareja Diego Carlos-Koundé enamora a los grandes clubes de Europa. El Sevilla se frota las manos con lo que puede recaudar por ambos

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Dzeko intenta disparar ante Diego Carlos y Koundé.

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