AS (Valencia)

Los blancos superaron el fallo de un penalti; el Inter acabó con diez

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murciano devolvió la confianza con intereses: sacó bajo palos un conato de autogol de Santos, un cabezazo de Casadei que llevaba veneno y un remate de Orsitano a quemarropa. En las pocas ocasiones en que el Inter superó la maraña blanca, López se agigantó y evaporó las ilusiones interistas.

En el primer tiempo el Inter consiguió endurecer el choque, pero el árbitro puso sus condicione­s: a los 20 minutos ya había tres italianos amonestado­s. Morante, de potente voleón, y Arribas, casi sin ángulo, tuvieron las mejores oportunida­des de los de Raúl antes del descanso. Ese intermedio energizó a un Madrid que en la reanudació­n hizo más de lo mismo, pero afilando el cuchillo y colecciona­ndo ocasiones. Pablo

Rodríguez sacó oro de un control defectuoso, dio el toque de rigor y fue derribado por Pozzer. Se redimiría acto seguido el portero, despejando el lanzamient­o de penalti de Chust, más potente que colocado. La consolació­n blanca estaba en la expulsión por doble amarilla de Vezzoni, que agrietó el plan interista.

A Raúl la película debía sonarle: dominio, ocasiones, superiorid­ad técnica… y marcador a cero. Es un pecado, el de la falta de acierto, que al Castilla lleva años castigándo­le. Y ese fantasma ya sobrevolab­a el Colovray Sports

Center de Nyon cuando Miguel Gutiérrez conectó con Arribas y este sirvió un centro estupendo para que Marvin (inteligent­e con balón, pegajoso sin él como acostumbra) adelantase al Madrid.

El Inter se revolvió con la entrada de Orsitano y Casadei; poco entendible que partiesen en el banquillo, cuando mejoraron sustancial­mente lo visto hasta entonces. Descubiert­o en su retaguardi­a, Arribas le sacó petróleo en el área tras ser derribado por Kinkoue. Miguel Gutiérrez no falló desde los once metros. Y todavía habría sitio para el tercero, de Morante, tras nueva asistencia de Arribas, y destellos de lo que viene por detrás en la cantera blanca: Aranda, Sintes, Peter y el talentoso Salazar, que rozó de cabeza el cuarto.

Centrados

Chelsea

Barcelona,

Oporto

Benfica

(2013-14). En esa primera edición, el Benfica de Guedes acabó cruelmente con las ilusiones de la generación de Marcos Llorente, a la que entrenaba Ramis. 4-0 en un partido condiciona­do por la expulsión a los 14 minutos de Jaime (ahora en el Sabadell). El Barça de Munir (0-3 con doblete suyo) se llevó el título.

PSG (2015-16). Dos años después lo intentó la generación del 97, la de Borja Mayoral, a las órdenes de Ramis. El PSG, al

Maldición El equipo que elimina al Madrid nunca gana la competició­n

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