El púgil del confinamiento
Kiko Martínez fue el púgil del confinamiento. Sus historias en Instagram, machacándose cada día de la cuarentena, llamaron la atención de todo el boxeo europeo. Con los gimnasios y los clubes cerrados y con muchos de sus rivales confinados en sus pisos, el terreno que tiene Kiko en su casa de campo de Torrellano (Alicante) fue una bendición. Alrededor de ella no hay jardines ni pistas de pádel y sí sacos de arena, pesas, una máquina de correr, una rueda de camión, un mazo…. y animales. Entrenamiento en la naturaleza.
“Me lo dijo todo el mundo. Muchos de mis rivales sólo podían hacer sombras. Me he ejercitado como si fuera al gimnasio todos los días en el confinamiento. Incluso me pasaba. Al no poder salir a hacer mis rutinas, todavía me entrenaba más. Estoy seguro de que habría ganado a cualquiera de haber peleado en medio de la cuarentena”, afirma el púgil de Torrellano, que mañana, viernes 21, por fin saltará a un ring para medirse con el mexicano Noé Martínez en un combate a ocho asaltos en Torrelavega (Jon Fernández se cayó del cartel por lesión). “Es una manera de mantenerse en forma y también me sirve para ranquear”, asegura a AS La sensación.
A sus 34 años todavía tiene la ilusión del primer día. Eso sí, sabe que su tiempo no es eterno. “Ya no estoy para dejar pasar una oportunidad, no estoy para perder el tiempo. Tengo que estar preparado siempre”, confirma. Y se lamenta del año que se ha perdido por la pandemia: “Ya he perdido un curso: no se puede ir al Reino Unido ni a Estados Unidos, apenas hay combates…”.
No obstante, confía en que todo vuelva a rodar pronto. Es el número tres del ranking continental del peso pluma y la ocasión de ganar su sexto Campeonato de Europa le puede llegar pronto. Y si consigue ganar, se dispararía en el ranking internacional y el Campeonato del Mundo podría asomar de nuevo. Los tres cinturones de campeón mundial de la IBF lucen en unas vitrinas en su salón. Un orgullo, aunque su objetivo sigue siendo el mismo que cuando comenzaba. “Mi desafío para lo que me queda de carrera es el mismo que tenía cuando empecé: ser campeón del mundo de la WBO. Tener el cinturón verde como lo tuvieron Ali, Tyson, Mayweather, Maravilla o Javier Castillejo”, reconoce. Pero no es el único: “Otra de mis metas es acabar con la nariz intacta. Nunca me la han roto, en 51 combates como profesional y 60 o 70 como amateur”, bromea.
Kiko Martínez vuelve al ring mañana en Torrelavega tras entrenarse a tope en su casa durante la cuarentena