El Real Madrid, siempre campeón de Europa
minutos tardó el Benfica en sacarle rédito. Ramos rebañó un balón para el 1-2 y ocho minutos más tarde, con el gol entre medias de Miguel Gutiérrez, hizo el doblete. Un 2-3 que reabría la final. Miguel Gutiérrez, por cierto, se confirmó como un tres de los que dan títulos. Pura verticalidad. Goles en cuartos (Inter), semifinales (Red Bull) y ayer. Marcelo tiene relevo.
También hay savia nueva en las siempre fértiles porterías madridistas. Luis López adelantó por la derecha a Fuidias en la titularidad y en el 70’ le detuvo una pena máxima a Tiago Dantas con mano de hormigón. El Benfica se lanzó a machamartillo y Henrique Aráujo tuvo un remate al travesaño en el 95’. Fue la traca final. El Madrid dio la última brazada y llegó a una orilla que llevaba siete años buscando.
Un título que convierte a Raúl es el segundo en ganar la Champions como futbolista y la Youth League como técnico tras Mário Silva (Oporto). Con Florentino presente en Nyon, el Siete engordó su candidatura a heredero de Zidane y sus chicos llaman a las puertas del Madrid y de Primera. Hay futuro.
El Madrid, fiel a su cita con Europa. La Champions la suelen ganar los mayores cada año (Zidane sabe de lo que hablo) y cuando toca barbecho aparecen los juveniles al rescate y más con el sello de nuestro admirado Raúl González Blanco. El eterno 7 ganó tres Champions como jugador y ese sello conquistador supo inoculárselo a los chavales del juvenil para convencerles de que la Juventus, el Inter de Milán, el Salzburgo y el Benfica eran inferiores a ellos. Raúl ha presentado su candidatura futura al banquillo del Santiago Bernabéu y después de este exitazo nadie se atreverá a discutirle...
La final me obliga a detenerme en Arribas, jugador pequeño de tamaño pero gigante en talento y en corazón. De sus botas salieron los dos primeros goles que empezaron a fundir los ánimos de un Benfica que llegó muy gallito a la final de Nyon y que acabó rindiéndose ante la superioridad indiscutible del campeón. También rindo pleitesía a Luis López, el gigantón portero murciano que dio una lección en el penalti que detuvo y en varias acciones decisivas. Todos los chicos se merecen nuestra ovación. El Madrid, en su línea, CAMPEÓN DE EUROPA.