“Carlos era cada vez más grande en mis retrovisores” Gasly
Con 24 años, el piloto al que Red Bull descendió a Toro Rosso logró ayer la segunda victoria para la escudería de Faenza, ahora denominada Alpha Tauri. Pierre Gasly rompe el estigma francés en la F1 y logra el primer triunfo para el país de Prost desde Mónaco 1996 (Panis). Y reabre el debate de si debe, o no, volver a ser el compañero de Verstappen.
—¿Cómo se siente? —Increíble, no tengo palabras, aún tengo que razonar qué es lo que ha pasado. Mi primera victoria, en Monza, con Alpha Tauri que es un equipo italiano. No podría ser mejor. Después de todo lo que me ha pasado en los últimos 18 meses. No podría ser más perfecto y no puedo creerlo. Una vez en el podio quise sentarme y tomarme un momento para disfrutarlo.
—¿Qué pensó al final?
—Después del reinicio, quedaban 20 vueltas hasta el final. Pasé a Lance en la primera curva y eso me tranquilizó. Lewis paró en la primera vuelta y yo ya estaba solo, me recordó a la F2 cuando lideraba toda la carrera. Apreté al inicio, no quería que me cogieran el rebufo, pero las últimas vueltas fueron durísimas porque mis neumáticos sufrían y Carlos se acercaba. Me hubiera fastidiado perder. —¿Sintió la presión de Sainz?
—Sabía que Carlos me presionaría, empezó a cuatro segundos. Intenté apretar en las curvas, los neumáticos se degradan más pero era la única forma de construir una ventaja. Vi cómo se hacía cada vez más grande en mis retrovisores, especialmente al final de la recta que es cuando más se acercaba. Pero guardé energía de las baterías, que es la única forma de defenderse al final.
El sábado anticipó sus aspiraciones con una excelente calificación que le colocaba en el tercer lugar en la parrilla de salida, sólo quedaba cruzar los dedos para que durante la carrera la fortuna le acompañara algo más que en anteriores grandes premios. Las circunstancias tampoco fueron las ideales, pero sí lo suficiente para cumplir con su parte del trato. Consistente de principio a fin, con una sensacional arrancada y un ritmo más que suficiente para aspirar a ese podio que anhelaba. La interrupción forzada por el accidente de Leclerc generó un escenario diferente, no así la intención de Sainz. Ha refrendado que, con un coche ganador y en las condiciones precisas (ojalá en el resurgir de Ferrari), nada impide soñar que algún día pueda ser campeón. Su actuación en Monza arroja pocas dudas al respecto. Tiempo al tiempo…