1.000 personas al día podrán seguir las dos últimas rondas
Aunque ya no sea una sorpresa para nadie, no deja de maravillar el hecho de que Rafa Nadal sea capaz de volver una y otra vez, por diferentes circunstancias, y que lo haga siempre, o casi siempre, al máximo nivel. Su capacidad competitiva no tiene límites. Lo demostró el miércoles contra Carreño, si bien es cierto que el gijonés venía fatigado después de jugar las semifinales del US
Open y sin tiempo para adaptarse a la tierra. Pero es que ayer, el balear apabulló a Dusan Lajovic (6-1 y 6-3 en 90 minutos), que llegó la semana pasada a Roma, ya había jugado algún partido de exhibición sobre arcilla, en el famoso Adria Tour de Djokovic, y ganó estos días en el torneo italiano a Davidovich y a Raonic.
Rafa disputará por 93ª vez los cuartos de final de un Masters 1.000. Se enfrenta hoy (no antes de las 20:30, Movistar Deportes) al argentino Diego Schwartzman, que remontó para ganar al polaco Hurkacz por 3-6, 6-2 y 6-4.
En una Centrale vacía, que sí contará con público en las semifinales y en la final (1.000 espectadores cada día), Nadal comenzó el partido ganando su saque y con un quiebre posterior, aunque acto seguido cedió en su turno de servicio. Un espejismo para Lajovic, porque después ya no ganó ni un solo juego hasta el 4-1 del segundo set. Camino de una paliza, el número dos del mundo se dio un respiro y encajó un segundo break. No pasaba nada. Tenía la situación controlada y ejecutó su plan con un plus de mejora en su saque y una última rotura. “Jugué dos partidos a un nivel bueno, pero en el deporte las cosas cambian rápidamente y más cuando llevas tiempo sin competir. A día de hoy estoy mucho mejor que hace tres semanas, conseguí un nivel de tenis creo que más que
Nadal apabulló al serbio Lajovic Hoy en Roma, ante Schwartzman, juega por 93ª vez los cuartos de un Masters 1.000 Habrá espectadores en semifinales y en la final
Permiso
Satisfecho “Mi ilusión era llegar a Roma y ser competitivo, y lo hice”, explica Rafa