AS (Valencia)

El segundo tanto fue una jugada para poner en las escuelas

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fue un acoso y derribo, por la presión se adelantó y el balón siempre rondó el área del Valencia. De Jong avisó con un disparo que se fue por poco antes de firmar su doblete goleador. El holandés tuvo el honor de poner la rúbrica a una jugada espectacul­ar en la que el Sevilla salió desde Bono tocando la pelota y arriesgand­o pases hasta que desarboló al Valencia. El balón pasó por la práctica totalidad de los jugdores que vestían de blanco antes de terminar alojándose dentro de la portería de Rivero. Si el partido ya estaba cuesta arriba, los visitantes afrontaban ahora unas rampas dignas de puerto de montaña de categoría especial del Tour de Francia.

Pero la rampa iba a terminar por convertirs­e en una pared vertical antes del descanso, cuando Rakitic dibujó una vaselina digna de natural taurino aprovechan­do la dejadez de la defensa valenciani­sta para hacer el 3-0. Era el minuto 38 y la eliminator­ia estaba sentenciad­a por la manifiesta superiorid­ad del Sevilla sobre el Valencia, que sacó algo de orgullo antes del descanso para intentar inquietar a Bono aprovechan­do la relajación de los locales por el resultado. Pero el intento quedó en eso y Del Cerro dio por concluido el calvario de los de Gracia indicando el final de la primera mitad.

La segunda mitad no tuvo la más mínima historia, principalm­ente porque se jugó a ritmo de entrenamie­nto. No se firmó pacto de no agresión, puesto que si el Sevilla no amplió su ventaja fue porque ni Jordán ni Idrissi ni Munir tuvieron el punto de mira calibrado. Parecía que hasta sin querer podía crear peligro el Sevilla, mientras que el Valencia en ningún momento se creyó ni siquiera intentar hacer el gol del honor. Además, Gracia movió ficha antes que Lopetegui para dar descanso a sus titulares de cara a la próxima jornada liguera. Ahí estuvo la única mala noticia de la noche para el Sevilla, puesto que Navas se rompió cuando, probableme­nte, ya debía llevar algún tiempo descansand­o.

El carrusel de cambios no varió el ritmo cansino de una segunda parte que no debió interesar ni a los aficionado­s de ambos equipos. Tampoco pareció haberle interesado mucho a Gracia, pese a sus declaracio­nes en la previa, a tenor de lo visto en el césped. Lo que queda claro es que al Sevilla no le sobra la Copa.

Golazo

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