Una música que resulta dañina

Me encanta la música. De hecho, creo que no podría vivir sin ella. Algo compartido por la inmensa mayoría de los seres humanos dignos de este nombre. Sin embargo, todas las músicas no son inofensivas. Desde hace unos cuantos años, existe en el madridismo una música dañina, una especie de estribillo que se repite una y otra vez. Dice: Sin Ramos a su lado, Varane está perdido. Dice también: Sin Ramos, Varane no puede ser el jefe de la defensa. Algo que el propio capitán merengue no piensa y que le duele bastante al campeón del mundo francés. Pero algo que ha calado muy hondo en la opinión pública. Incluso en mi país, lo admito. Por eso, el doblete marcado por Raphaël el pasado sábado en Huesca tiene una resonancia fuerte y muy especial.

Cuenta el poeta que “el azar no toca nunca por azar”. Es decir, que las cosas no ocurren por casualidad. El gran partido del defensa galo y esos goles que sostienen la cabeza del Madrid en esta Liga fuera del agua turbia coinciden con la operación de rodilla de Ramos (¡cuídate mucho, Sergio!). Y creo que hay que ver ahí una señal de esperanza más allá de un lógico espíritu de reivindicación. Pues sí, Varane es un inmenso central aunque su compañero de baile no esté. Pues sí, mi compatriota sabe sacar a su equipo de un gran apuro. Pues sí, el Madrid puede afrontar los próximos compromisos con seguridad y confianza.