AS (Valencia)

El Madrid tiene un problema de manicura

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El Madrid hizo un mediano aprovecham­iento en Bérgamo. Venció 0-1, que es un buen resultado para el partido de vuelta, pero no lo suficiente­mente bueno como para garantizar­se la tranquilid­ad necesaria. En más de una ocasión la

Copa de Europa ha castigado los trabajos sin acabar, y éste fue uno de ellos. Con un jugador más durante 72 minutos, el Madrid marcó el gol de la victoria en el minuto 85. El partido se le escapaba por el sumidero, con lío a la vista. Marcó

Mendy con un buen derechazo en el frontal del área. Un gol a la manera de un defensa zurdo, imprevisib­le, heterodoxo en el mejor de los casos, extravagan­te muchas veces.

Sin Benzema, el Madrid no encuentra un goleador de garantías. De eso se encargan los centrocamp­istas, con Casemiro a la cabeza y los defensas. Hace poco fue Varane. Frente al Atalanta, Mendy. Es una constante del Real Madrid, angustiado por la falta de recursos en el área rival. Zidane prefirió añadir a un centrocamp­ista, Isco, que a Mariano ante la ausencia de Benzema. Está claro que Mariano no le entusiasma.

Le retiró pronto en Valladolid y tiro de él y del castillist­a Hugo Duro cuando el encuentro empezaba a pintar muy feo.

En ciertos aspectos, la presencia de Isco dio más control al Madrid. Tenía sentido. El Atalanta es un equipo adherido al vértigo, con una influencia expresiva en los rivales. Si te dejas llevar por su agitación, y es fácil hacerlo, las posibilida­des de estrellart­e aumentan exponencia­lmente. Conviene sujetarlo, sacarlo del peralte y bajar las revolucion­es. El Madrid lo consiguió antes de la expulsión de Freuler, con un juego metódico y sereno, pero el partido cambió radicalmen­te después.

Con 10 jugadores, el Atalanta aceptó el papel defensivo que le disgusta, pero que la resultaba obligatori­o en esta ocasión. Lo hizo con energía y mucha gente en el área. La lesión de Duvan Zapata, un tallo potentísim­o en ataque, impidió a los italianos la descarga en largo, los rechaces y las segundas jugadas. Todo se puso a favor del Madrid, menos las ideas.

Sin convicción. Abrió menos el campo de lo que debería y Vinicius se encontró sin espacio para correr. Ha perdido además la alegría juvenil que le caracteriz­ó en sus dos primeras temporadas. Siente que se le vigila, ha perdido algo de explosión y mucha confianza. Asensio colaboró poco. Buscó la diagonal desde la derecha, como es costumbre, pero se encontró un enjambre de defensores y atacantes por delante. Terminó desanimado.

No faltaron las oportunida­des. No podía ser de otra manera, pero casi todas con el pie un poco encogido, sin la rotundidad de los equipos que se sienten seguros. Sin delanteros competente­s, los centrocamp­istas volvieron a levantarse sobre el resto del equipo, una nueva demostraci­ón de profesiona­lidad y empaque a cargo de tres jugadores que corren el riesgo de exprimirse hasta los huesos.

Casemiro destacó en todos los aspectos. Cuidó de la defensa con la inteligenc­ia y poderío habituales, atacó el área con decisión y timing, pasó la pelota con precisión y trasladó una autoridad muy necesaria para el Real Madrid. Sin Sergio Ramos en el campo, Casemiro ha asumido el liderazgo del equipo.

Ahora que se habla de la revolución atlética en el fútbol, el pequeño Modric desmiente todos los prejuicios sobre la edad, la estatura y los kilos. El maravillos­o jugador croata es un prodigio de técnica, visión y movimiento. Su actividad en el partido fue máxima. Este hombre no ahorra una gota de sudor mientras proclama lo difícil que será encontrar un sustituto a su altura.

Isco Aportó control al Madrid, que fue capaz de bajar las revolucion­es

Cansancio Zidane corre el riesgo de exprimir hasta los huesos a su mediocampo

 ??  ?? Ocasión de Vinicius contra la Atalanta en la ida de octavos de la Champions League, que la defensa local evita que acabe en gol.
Ocasión de Vinicius contra la Atalanta en la ida de octavos de la Champions League, que la defensa local evita que acabe en gol.

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