Gerard es de Champions
Un golazo del delantero en el 40’, con 0-1 y en apuros, cierra la eliminatoria También forzó y marcó un penalti
Gerard conduce él solito al Villarreal a octavos, dando continuidad al sueño de Europa y despejando la mente de LaLiga, donde el equipo de Emery anda atascado. El delantero fue clave en el 0-2 de Austria con dos asistencias a Alcácer y Fer Niño y, también, fue el encargado de rescatar al Submarino en esta vuelta cuando los toros del Salzburgo estaban embistiendo de manera peligrosa. Gerard firmó un liberador gol de bandera, muy rauliano, demostrando que la Europa League se le queda pequeña. Con un amago sentó al portero y a Junozovic, empató en el 40’ e hizo resoplar a Emery. Ahí acabó una dentera preocupante.
Hasta este espectacular detalle, el Villarreal había sido un muñeco en manos de un rival empoderado. Su gol (17’), tras un error de Rulli al querer ser Beckenbauer, agitó el panorama. Daka robó y regaló el tanto a Berisha. El Villarreal, asustado, jugaba al trote de Parejo, sin ser capaz de dormir el partido con la posesión y sin ninguna capacidad de desborde. El primer gol de Gerard antes del descanso maquilló el marcador desobedeciendo a la justicia.
El Salzburgo regresó del descanso con el hambre intacta. Con 95 goles esta temporada en 31 encuentros, el hecho de tener que hacer un par de ellos en 45 minutos le parecía cualquier cosa menos un problema. Llegó menos a portería de lo que deseaba porque la construcción de su juego era bastante menos fluida, pero siguió dando el mismo miedo. En el 58’ tuvo la mejor ocasión para apretar más las cosas. El colegiado señaló un penalti por mano de Capoue. Sin embargo, el VAR le recomendó que la revisase, por su involuntariedad, así que se retractó. El golpe terminó por espabilar al Villarreal y por hundir a un Salzburgo que tuvo su última bala en el minuto 77 (Sucic). Los cambios de Emery devolvieron a su equipo el dibujo natural, con más uno contra uno y pausa, mientras Gerard seguía picoteando entre líneas aprovechando los espacios y su inteligencia. Gracias a sus dones forzó y transformó un penalti en el 89’. La guinda. Él fue la clave de este primer cruce europeo, ratificando lo que ya es un secreto a voces: se merece jugar pronto los martes y los miércoles.
Buen Salzburgo El tanto austriaco, que hizo temblar al Villarreal, llegó por un fallo de Rulli