La última Copa del Athletic fue en el 84; la de la Real, en el 87
Amil kilómetros de Euskadi se juega el partido más importante de la historia del fútbol vasco. Sevilla tiene un color especial y desde hoy también diferenciará entre el que ganó la Eusko Final y el que la perdió. Athletic o Real. Real o Athletic. Todo lo conseguido en el pasado por ambos quedará eclipsado por el que logre arrebatarle un título de manera tan directa al vecino y rival.
Lo que se presagiaba como la fiesta de la camaradería y el buen rollo será finalmente un duelo fantasma en una Cartuja vacía. De nada ha servido retrasar la final un año para esperar a los hinchas. No los habrá. La grada, por lo tanto, no jugará.
La rivalidad entre Athletic y Real es sana, histórica y permanentemente viva. Los bilbaínos ha ganado la Copa 23 veces, aunque hace 37 años de la última. De hecho, han perdido las últimas cuatro finales disputadas. Aún así, para muchos es el equipo copero por excelencia y con Marcelino han recuperado esa esencia. Ya ganaron la Supercopa de España esta temporada y aspiran también a la Copa de la actual edición que buscarán ante el Barça dentro de 15 días.
Un oasis
Final vasca en Sevilla entre Athletic y Real No habrá público pese al retraso de un año Llevan tres décadas sin ganar la Copa Merino, duda
Rivalidad. La Real, por su parte, tiene dos Copas en su haber, la última de ellas hace mucho tiempo también: en 1987. Un año después perdió la final y desde entonces hubo un abismo del que parece recuperarse ahora. Son más de tres décadas sin conquistar un título para un club que siempre se ha sentido a la sombra de su vecino. En Bilbao consideran esto un complejo de inferioridad; en San Sebastián entienden lo del Athletic como un complejo de superioridad. Complejos, al fin y al cabo. La realidad es que, salvo por la historia, no hay tanta diferencia entre sus proyectos actuales. La Real llega a esta final copera en el 5ª puesto de la Liga mientras que el Athletic es 9ª con diez puntos menos.
Las mayores tensiones entre ambas entidades vinieron por la profusión de fichajes del Athletic procedentes de la Real. La política bilbaína de contar sólo con jugadores vascos o criados en la cantera