Un Militao ilimitado
Mendy, Lucas Vázquez y Ramos animaron a todos sus compañeros desde las gradas del Di Stéfano, hasta respirar con el gol salvador de Militao. La mejor receta para viajar a Londres: ganar.
La caza continúa. Hasta el minuto 75, un sudor frío nos corría a los madridistas por todos los poros de nuestra piel. Otra vez olía a gatillazo liguero ante un rival teóricamente inferior. Pasó aquí con el Cádiz, el Alavés y el Levante, o en Elche, Getafe y Pamplona, precisamente ante
Osasuna. El amenazante
0-0 y las bajas no invitaban al optimismo. Pero hubo un coloso que se elevó por encima de todos, Eder Militao, que se disfrazó de la mejor versión de Sergio Ramos y consumó su partidazo ante los navarros con un golazo de cabeza que desterró los fantasmas del fracaso y reactivó la caza al Atleti y el sueño del Doblete. Militao siempre creyó, fue el que más remató en sus furiosas subidas al área osasunista (¡qué porterazo
Sergio Herrera!) y el que marcó el camino a sus compañeros para que no pensasen en Londres y sí en lo que había ayer en juego. Su compatriota Rodrygo, en la media de hora que tuvo, también provocó el cambio climático del partido jugando con brío, verticalidad y descaro. La Samba tronó en el Di Stéfano cuando Casemiro puso el 2-0 de la tranquilidad al rematar sin querer una ‘asistencia’ de Benzema. Un gol de fortuna, pero justo. Case se lo merece.
Zidane, feliz. En el Día del Trabajo, el Madrid de Zidane se curró los tres puntos y el derecho a seguir en la lucha. Ya lo avisó el francés en la víspera cuando le preguntaron si lo que estaba haciendo el Madrid esta temporada era un milagro por la plaga de bajas por lesiones y por el coronavirus: “No es milagro. Esto es trabajo, aquí hay muchos que trabajan. Los jugadores creen en lo que hacemos en el campo. Hay mucha dedicación a lo que hacemos...”. Lo divertido es que el Barça puede ayudar ahora a ganar la Liga al Madrid si tumba al Atleti del Cholo en el Camp Nou. Es tan morboso que prefiero no imaginarlo. Sería bonito, ¿verdad?
Los chavales. Otra de las buenas lecturas del Madrid en este sábado feliz es la aparición de los canteranos en su mejor versión. De nuevo Antonio Blanco haciendo de doble pivote titular con Casemiro. Enorme el cordobés. Con él en el once, el parcial es de 5-0 (0-3 en Cádiz y 2-0 a Osasuna). Y muy buenos minutos de Miguel Gutiérrez (pedazo de lateral zurdo que tiene ahí el Madrid para el futuro) y del combativo Arribas. Y bien Isco en ese tramo final, para ser justos con el malagueño. Él lanzó el córner a Militao y dibujó varias jugadas muy vistosas. Este es el Isco que todos queremos.
El día de la cantera. Y hablando de canteranos, en este 1 de mayo hay bonitos recuerdos merengues relacionados con su histórica Fábrica. En este mismo día de 1980, el Castilla eliminó a la Real Sociedad de Arconada, Zamora y Satrústegui en semifinales de la Copa del Rey. Ganó 2-0 a los donostiarras, que por entonces iban líderes en Liga, en un Bernabéu soleado y abarrotado, con goles de Pineda y Bernal. Además, Agustín le paró un penalti a López Ufarte. El filial jugaría después la final ante sus hermanos mayores, que les golearon sin piedad por 6-1 (Juanito, Camacho, Santillana y compañía no se casaban con nadie). Y el 1 de mayo de 1990 el Juvenil del Madrid ganó la Liga en el Mini Estadi al derrotar al Barça por 1-3, con goles de Alfonso, Toril Velasco. ¡Canterazo blanco! y
Niños felices. La victoria va por Gonzalo Matute, el niño de mi admirado amigo Edu, entusiasta presidente de la peña de Rincón de Soto (La Rioja), que vio orgulloso como su hijo de ocho añitos, fan de Kroos, hacía la Primera Comunión en Azagra vestido por completo del Real Madrid. Y el triunfo va por mi madre, que la próxima semana cumplirá 85 años y sigue dándome vida y fuerza con su sonrisa transparente. Hoy es vuestro día, mamá. Te quiero.