Sandro regala al Huesca el derecho a poder soñar
Los oscenses salen de las plazas de descenso ante una gris Real
Tenía que pasar. Toda la semana recordando en San Sebastián que Sandro no fue capaz de marcar un solo gol cuando estaba en la Real y, tanto mentar a la bicha que, al final, el canario les ajustició. Su gol de falta, con la colaboración inestimable de la zaga realista, dio vida a un Huesca que respira y saca la cabeza de los puestos de peligro. Victoria justa a tenor de las intenciones que pusieron unos y otros, porque el cuadro altoaragonés puso más sobre el terreno de juego pero le faltó rematar su faena, y la Real no fue la Real. No se le puede negar pelea y actitud, pero su fútbol brilló por su ausencia.
El partido se jugó más a lo que quiso el cuadro altoaragonés y, aunque el gol llegó cuando parecía que mejor estaban los realistas, que habían ido creciendo, la realidad fue que los oscenses creyeron en sus opciones y el premio les llegó al final. Un gol de Sandro que vale su peso en oro y que puede ser clave en la lucha por el descenso y por Europa. La Real dejó pasar una oportunidad fundamental para seguir metiendo tierra de por medio con sus rivales directos.
En la primera parte fue el Huesca quien puso por sorpresa el fútbol, y la Real la que se limitó a defender bien ordenada esperando su oportunidad a la contra.
La presión, intensidad y fuerza del Huesca desarbolaron por completo a los txuri-urdin. Tras el descanso, el guion no cambió nada. La Real siguió con su partitura contemplativa, mientras el enemigo ponía más intención. Rafa Mir y Sandro merodeaban con peligrosas intenciones. Salió Silva y al Huesca le entró un poco de pánico. Los donostiarras lo aprovecharon y crecieron, pero les faltó precisión en los últimos metros. Pacheta hizo cambios para aguantar un empate que le servía de poco y, cuando parecía que todos se conformaban con un 0-0 insuficiente, llegó Sandro.