Yeremy inyecta vitaminas
Un gol del canterano pone sexto al Villarreal antes de ir a Londres Al Getafe, muy sólido, le faltó más pegada
Villarreal y Getafe parecían firmar un pacto de no agresión. Al no encontrar las necesarias herramientas para ganar, prefirieron durante gran parte del partido no volver a las andadas. Había más miedo que ambición. El equipo de Bordalás llegaba tras negarle dos puntos al Madrid y birlarle tres al Huesca. El equipo de Emery, con dos victorias de los últimos 11 partidos en casa en Liga. Y con el reto de la Europa League en cuatro días convenía no arriesgar, pese a los pinchazos de la Real y el Betis, con tal de no minar su moral. Sin embargo, Yeremy, uno de los canteranos de oro de la prolífica cantera del Submarino, se saltó cualquier pacto de mayores que nunca entienden los niños: aprovechó un balón peinado de Gerard, un pase al hueco de Bacca y la bisoñez de Oliviera para controlar, orientar, regatear y disparar. Un gol de tres puntos en el 79’ cocinado por tres revulsivos.
A regañadientes, Emery rotó más de lo que suele condicionado por la final de Londres. Y su Villarreal lo notó. Tuvo piernas, que era lo que se buscaba, pero echó de menos, como sucede en el verano, ciertos automatismos difíciles de consolidar entre suplentes. El Getafe lo aprovechó para crear dudas a través de una presión asfixiante.
No tuvo pegada. Una realidad totalmente opuesta a la del Villarreal, que sin estar cómodo llegó dos veces con máximo peligro en el primer tiempo: en una, Chukwueze marcó (32’), pero el colegiado le anuló el tanto por fuera de juego. En la otra, Capoue (43’) hizo volar a David Soria. En la segunda mitad llegó
Estrada Fdez. Buen arbitraje en La Cerámica: no validó los tantos de Chukwueze y Mata
en una tercera ocasión y no perdonó. Pose de grande.
El descanso convenció al Getafe de que caminaba por la senda adecuada para alejarse del pozo, mientras que el Villarreal empezó a agobiarse con la posibilidad de estar tirando una oportunidad única para acercarse al quinto puesto. Mata marcó de rechace en el 46’, aunque el asistente lo anuló. Parejo intentó entonces imponerse, pero no encontró socios de su talla. El Getafe defiende como pocos. El empate, con tal oposición, parecía un negocio justo. Hasta que un adolescente decidió un reparto muy distinto que dispara al Villarreal, compromete al Getafe y tensa aún más al Arsenal.