Brais mide el cansancio y la resaca del Villarreal
Última bala para un Celta con bajas de mucho peso
Europa no da tregua. Si el Villarreal se dejó hasta la última gota de sudor el pasado jueves en Londres para meterse en la primera final de su historia, hoy deberá remangarse de nuevo sin casi tiempo para relamerse. Es sexto en LaLiga y, por tanto, no tiene garantizada aún por la vía doméstica su presencia en las competiciones internacionales de la próxima temporada. Fiar todo a ganarle al Manchester United en Gdansk y entrar en Champions es bonito pero peligroso. Además, la victoria de la Real el pasado viernes invita a dar otro empujón para seguir su estela.
El Submarino llegó a casa anteayer a las 6:30, a las 12:00 estaba entrenando y ayer hizo una suave activación casi más como día de reflexión. Eso llevará a Emery a rotar obligatoriamente. El Celta regresa a La Cerámica jugándose su última oportunidad remota de entrar en el invento de la Conference League. Y el atrevido plan de Coudet, y el talento y excelente momento de Brais en ataque (lleva siete goles), no parece el mejor escenario para bajar la guardia.
La buena noticia para el Submarino es la vuelta de Capoue. Junto a él entrarán hombres de refresco en todas las líneas, desde Asenjo, pasando por Funes Mori, Bacca y Yeremy. El Celta, por su parte, llega habiendo dejado varios lesionados por el camino, como los pilares Tapia y Murillo, y con Aspas con nuevos problemas musculares. Buen día para probar a Aidoo y Solari, para ver más arriba a Brais a un par de meses de la Eurocopa y para que se examine Fran Beltrán en su plan de convencer al personal. En definitiva, muchas exigencias en la cabeza para los protagonistas y cada vez menos fuerzas en las piernas.