AS (Valencia)

Adelantó a Norris y Ocon, pero se le resistió Ricciardo

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Para batir a este Hamilton, en su plenitud física y espiritual, hay que ganarle varias veces el mismo día. En el cuerpo a cuerpo de la salida, en los prolegómen­os de cada parada en boxes, por la precisión de los mecánicos al cambiar ruedas y mediante la pericia del ingeniero que decide las estrategia­s. Este domingo en el GP de España, Verstappen cumplió con varios de los apartados y brilló en el más importante, la arrancada, con un adelantami­ento de manual sobre el británico retrasando la primera frenada hasta donde le permitió la razón. Pero no todos, en su garaje, hicieron lo que tenían que hacer.

Para empezar, se sobrepuso el piloto holandés a un primer pit stop defectuoso de cuatro segundos (cuando paró, faltaban los neumáticos del costado izquierdo), aunque retuvo el liderato frente a la presión constante del inglés pasado el ecuador de la carrera. Pero Red Bull erró definitiva­mente cuando, a 20 vueltas para el final, Mercedes decidió renovar las gomas de su campeón en busca de una persecució­n. Los energético­s mantuviero­n a Mad Max en la pista, con ruedas usadas, a cambio de una ventaja de partida superior a los 20 segundos.

Confiaron en que Sir Lewis no llegaría, o lo haría tarde, pero Hamilton siempre llega. Le pasó sin sudar al final de la recta ayudado por el DRS, y le sobraron un puñado de vueltas para imaginarse a qué sabría el champán del podio de Montmeló. Cruzó la meta con una holgada ventaja sobre Max y Bottas, quien de nuevo se subió al cajón sin un instante de presencia en los highlights. “Es lo que hay, era imposible contenerlo”, reconoció el neerlandés. Por segunda carrera consecutiv­a, adelanta a Hamilton en la salida y termina por detrás. Difícil inquietarl­e así.

En esa arrancada brilló Leclerc, que superó a Bottas y llegó a soñar con un top-3. Se estabilizó el monegasco en la cuarta plaza con el domingo más plácido del pelotón. Los mejores cuando se apagaron los semáforos fueron Ricciardo y Pérez, adelantaro­n dos plazas cada uno. El mexicano se quitó de encima al australian­o tras unas cuantas maniobras temerarias del coche naranja y certificó el quinto. Al McLaren le

Verstappen pasó a Hamilton en la salida, pero Red Bull falló en el muro y ganó el británico Sainz fue 7º y Alonso, 17º

presionó Sainz hasta el final, pero pagó el madrileño un inicio con posiciones cedidas. Su estrategia esta vez sí fue de libro, a dos paradas desde el principio, suficiente para superar a Norris y Ocon en el rush final pero no para batir a Ricciardo, que calcó sus maniobras. Sainz acabó séptimo y fue el último piloto no doblado.

Carlos

Fernando

Se quedó en las lonas y tuvo que repetir parada

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