El milagro de Raúl
El ‘7’ tiene a tiro el ascenso con un Castilla que promedia 19,6 años El domingo, primera final contra el Ibiza
Raúl es el futuro del banquillo del Real Madrid. Antes o después, parece destinado a ocupar ese lugar en el club que le dio, y al que hace él dio, todo. Su papel en el Castilla solo puede calificarse de sobresaliente. En esta nueva y peligrosa Segunda B ha hecho que el filial avance la primera fase, superó la segunda el pasado domingo con ese 2-4 al Talavera y ahora tiene el playoff de ascenso a Segunda. Este domingo se juega la primera ronda a partido único contra el Ibiza (se ha adelantado el partido a las 12:00 horas). Si logra ganar, llegaría a una final por el ascenso contra otro equipo aún por determinar. Está a dos durísimos partidos de la gloria...
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Y Raúl está logrando ese hito con niños. Esta temporada ha tirado de ocho chavales en edad Juvenil (18 y 19 años) y varios más han ido convocados sin llegar a debutar. El decisivo 2-4 al Talavera lo logró con tres Juveniles de inicio (Carrillo, Retu y Peter) y otro más que entró después (Rafa Marín). Cuatro más han intervenido de una u otra manera esta temporada: David González,
Theo Zidane, Óscar Aranda y Sala, del que está prendado pese a tener solo 17 años. La edad media de la plantilla es de 20,4 años, pero en realidad los onces bajan ese promedio a los 19,6. No se ha quejado por quedarse sin Blanco y Gutiérrez, titulares clave, por las llamadas de Zidane.
Sin lujos. En una semana en la que se cuestiona desde muchos puntos de la sociedad el comportamiento de los jóvenes una vez terminado el toque de queda en muchas comunidades, en el Castilla de Raúl la disciplina y el respeto son la primera norma. Los que le conocen desde la temporada pasada y los que se han sumado ahora lo saben: a Raúl no le gustan los canteranos agrandados. Por eso ha vetado cualquier signo de ostentación, desde los neceseres carísimos a los cascos enormes de 300 euros, que imperan en los vestuarios por influencia de la NBA. También demanda respeto máximo al rival. Aún tiemblan las paredes del vestuario castillista en su visita a Navalcarnero porque a dos jugadores se les ocurrió encararse con la grada. Raúl es pura vieja escuela, la de Vicente Del Bosque.
Observaba y apuntaba cómo era el Del Bosque, jefe de la cantera. A Vicente no le gustaba el lujo, no quería cortes de pelo llamativos, no le gustaban los pendientes o los tatuajes (a Raúl tampoco). No quería faltas de respeto, despreciaba que los chicos presumieran y sabía todo de sus vidas o sus notas (igual que Raúl). Era un líder para chicos que buscaban triunfar un día, lo mismo que Raúl es ahora. Es admirable que aunque hayan pasado muchos años de aquello sea el heredero perfecto de la filosofía que Del Bosque imprimía a los que pasaban por sus manos: los valores de La Fábrica. Raúl no ha cambiado con los años. Mientras en el Madrid había Ferraris, él llevaba su Golf azul. Nunca fue estridente en ropa, ni presumió de nada. Siempre dio buenos consejos a los canteranos. Su capacidad didáctica era proporcional a su calidad futbolística. Qué maravilla que Raúl sea Raúl, si me lo permiten, el grandioso heredero de Del Bosque.
Valiente Sin Blanco y Gutiérrez (con Zidane), Raúl ha tirado de ocho juveniles
Disciplina Ha vetado en el filial los neceseres de lujo y los auriculares ostentosos