Un hombre bala
Otro misil de Valverde pone al Madrid en el camino de la victoria en Elche ● Es su sexto tanto
Fue un partido de los llamados alegres y esos también sabe embolsárselos el Madrid, con el suspense habitual. Nadie gana más ni mantiene durante más tiempo la cuota de pantalla. En su primera versión, el equipo de Ancelotti tuvo mejor gusto que remate. Marcó un gol, le anularon dos más (y un tercero tras el descanso, en noche de bandera alzada en el VAR) e hizo sonar los violines. En su segunda versión, levantó el pie, guardó fuerzas y aseguró los puntos con algún sobresalto. Fútbol control lo llaman y es costumbre en el líder, que se siente cómodo en esa zona de alto riesgo, quizá porque sabe que le sobran futbolistas para sacarle del apuro. El Elche también tuvo dos caras. La del segundo tiempo, más guerrera, tampoco le dio para el empate.
Ancelotti, que lo ha visto todo en el fútbol, sabe que el día después lo carga el diablo. Lo explicó bien con su alineación en Elche al limitar mucho la rotación, juntar por segundo partido consecutivo a Kroos y Modric, las vías respiratorias del equipo, y aumentar en un par de puntos el atrevimiento: Rodrygo, en su condición de gran reserva, como tercer punta y Alaba como lateral de asalto para abrirle un hueco a Rüdiger, otro vicetitular. Ancelotti se sentía en deuda con el alemán desde el partido de Varsovia, donde una cabezonada suya le dio un punto al Madrid. En cualquier caso, con un once de semilujo, el italiano le mandó al equipo el recado de que ni el mundo ni la temporada se acaban ganando el Clásico. Un equipo versátil que le permitía a Rodrygo permutar de extremo a segunda punta y a Valverde de tercer centrocampista a exterior derecho.
Almirón también cambió poco, porque le fue bien en Valencia. Solo tres novedades y una de ellas casi obligada, Boyé, su mejor rematador, eterno maillot de la combatividad, que no pudo estar en Mestalla por sanción. Por detrás de él quedó un equipo de máxima protección con dos planes: defender muy abajo y en una lengua de césped muy estrecha para ralentizar el tráfico del Madrid y una presión selectiva tras pérdida para buscar el efecto sorpresa. Pero no hay buen plan que no estropee Vinicius, para el que aún no se ha encontrado vacuna. Su velocidad marca la diferencia en esta Liga. Con su primer esprint, en jugada de alta costura cocinada toque a toque, le dio un gol a Benzema que el VAR invalidó por fuera de juego. El segundo tuvo el mismo camino, el remate del francés lo sacó cerca de la línea Carlos Clerc y en la continuación de la jugada Valverde aplicó un zurdazo brutal que puso en ventaja al Madrid. Fue el séptimo gol del líder desde fuera del área y el
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