Xavi cumple un año de luces y sombras
El técnico, 365 días subido en una montaña rusa
Xavi Hernández cumplió ayer un año al frente del Barça. Han sido 365 días de una montaña rusa de sensaciones, con episodios de una felicidad incontestable, como la victoria 0-4 en el Bernabéu; o de una frustración inenarrable, como las dos eliminaciones en la fase de grupo de la Champions más la de la Europa League ante el Eintracht. Una realidad es absoluta. El aficionado ha vuelto al estadio. El coliseo blaugrana se ha convertido en el estadio con más asistencia de Europa en este inicio de curso, con una media de casi 85.000 personas cada partido. No hay duda de que el esfuerzo económico que ha hecho el club este verano, con fichajes tan inspiradores como Lewandowski y Koundé, han devuelto al público a las gradas. También a las tiendas, donde el club ha tenido que poner el cartel de no hay stock en las camisetas con el nombre del delantero polaco.
En números, el balance de este primer año se puede considerar como desconcertante: en algunas competiciones ha estado casi de sobresaliente, mientras que en otras es un suspenso sin paliativos. En LaLiga arroja sus mejores datos: 39 partidos jugados, con 28 victorias, seis empates y cinco derrotas. En pocas palabras, de un total de 117 puntos posibles ha conseguido 90, el 76,9%. Esta temporada sus números son simplemente espectaculares, tras ganar 11 partidos en 13 jornadas, situándose hasta en dos ocasiones en lo más alto de la tabla. En Europa, el Barça ha sido un desastre: dos eliminaciones en fase de grupos (la primera con el asterisco de que sólo dirigió dos partidos) y una en cuartos de la Europa League.
Pero los fríos números no pueden ocultar una realidad: Xavi tiene un plan. Ni Setién ni Koeman tenían un ideario futbolístico, convirtiéndose en unos supervivientes del resultado. Xavi va mucho más allá del marcador, porque su filosofía de juego se plasma en el campo y se traslada luego en el resultado. Su llegada ha supuesto un punto de inflexión en el club.
Ilusión La afición ha vuelto al Camp Nou; media de 85.000 personas