AS (Valencia)

Naufragio en Glasgow

España, que solo necesitaba un triunfo ante Gran Bretaña, encaja un pleno de derrotas y se despide de la BJK Cup

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J. NOGUERA / LA CRÓNICA

España se plantó ayer ante Gran Bretaña, anfitriona en Glasgow (Escocia) de las Finales de la Billie Jean King Cup, con unos deberes aparenteme­nte sencillos. El pleno conseguido el miércoles ante Kazajistán dejó a la Armada femenina a una victoria ante las isleñas de confirmar su plaza en una semifinale­s que le medirían con Australia. Pero la misión no comenzó bien porque Nuria Párrizas, victoriosa ante Putintseva un día antes, se estrelló contra Heather Watson (6-0 y 6-2 en 1h:08).

Ibérica y británica mostraron versiones diametralm­ente opuestas en la primera manga. Segura Watson, encontrand­o los ángulos con su derecha y sacando rendimient­o a su servicio pese a que se quedó en un pobre 52% de primeros; espesa Nuria, que reaccionab­a tarde y estrellaba demasiadas pelotas en la red (16 errores no forzados). Los juegos fueron cayendo sobre ella como una gota malaya. Uno, dos y hasta tres breaks, que fabricaron un set en blanco para la local (115ª del mundo en un año discreto), relevo como número dos de una Katie Boulter superada el martes por Putintseva.

Cambió algo la tónica en el segundo acto. Watson seguía sin dar opción con su servicio, pero al menos Párrizas dejó de sufrir en sus primeros turnos y mantuvo el pulso. Duró poco el espejismo, porque en el sexto juego Watson aceleró al resto y se consiguió un 0-40 que terminó en rotura en blanco. Fue el último clavo en el ataúd de una Párrizas por entonces ya muy cabizbaja.

España parecía estar pagando los excesos del debut, una eliminator­ia que concluyó a la una de la madrugada. Badosa también dio síntomas de cansancio en el segundo choque. A la número uno española y 13ª del ranking le tocó verse con Harriet Dart, 98ª, que venía de ser arrasada por Rybakina. Una jugadora que este año ha tenido su techo en los cuartos de Eastbourne y Nottingham, pero que ganó 6-3 y 6-4, tras una hora y media.

Salió embravecid­a por el partido de su compañera. Primer juego, primer break. No sería capaz de recuperarl­o Badosa, que encajó otro poco después para el 5-2. Dart acusó los nervios. 5-3 y una ligera esperanza que duró poco, porque remató al resto.

Sin margen de error, Paula quemó sus naves en el segundo set. Tras nueve juegos sin roturas, en un ambiente hostil, la catalana se asomó al abismo. 30-40. Bola de partido para Dart. Restó bien, Badosa llegó apurada y envió a la red la bola que mandaba a España a un dobles a vida o muerte.

Era el peor escenario posible. Dieron la cara en él Bolsova y Masarova, que hacía su primera aparición en estas Finals, contra Barnett y Nicholls. Escasas de fe tras lo ocurrido, completaro­n la debacle española con un 7-6 (5) y 6-2 en 1h:32. “Jugaron increíble de principio a fin, solo queda felicitarl­as”, comentó Anabel Medina, la capitana, de un día difícil de digerir para el tenis femenino español y feliz para Gran Bretaña y Australia, los primeros equipos en semifinale­s.

 ?? ?? Paula Badosa, cabizbaja, se coloca la raqueta sobre su moño después de fallar un punto en el segundo partido de la eliminator­ia.
Paula Badosa, cabizbaja, se coloca la raqueta sobre su moño después de fallar un punto en el segundo partido de la eliminator­ia.

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