A octavos con el
Un gol de Pulisic clasifica a Estados Unidos y manda a Irán a casa Países Bajos será su rival en el cruce
Menos mal que de política no vive el fútbol. El Irán-Estados Unidos se había anunciado como un duelo marcado por la tensión entre ambos países, pero la única tensión que hubo en el estadio Al Thumama fue la que se vivió en los últimos minutos del partido, cuando un gol a favor de cualquiera de los dos equipos mandaba al rival a casa, pero en contra obligaba al que encajara a hacer las maletas. Finalmente, fue Estados Unidos, gracias a un gol de Pulisic, la que supo aguantar un resultado que la clasifica para los octavos de final del Mundial, donde le espera Países Bajos.
Mientras no llegaran noticias del otro partido, Irán no tenía ningún interés en que saliera notificación alguna del suyo. El empate en ambos encuentros la clasificaba para los octavos y salió a especular desde el primer minuto. Regaló el balón a Estados Unidos y se dedicó a defender en bloque bajo, una situación que no le resulta nada incómoda al equipo de Queiroz, que hace años se graduó en la escuela de la tacañería. Irán dejó a Pulisic serpentear entre líneas y a McKennie mover la pelota de lado a lado con la esperanza de que la selección norteamericana confirmase que es tal y como se había visto en los primeros dos encuentros: un equipo con talento para mover el balón pero al que le falta colmillo para morder al rival.
Musah tuvo la primera oportunidad desde fuera del área y Pulisic, de cabeza, la segunda. Ninguna puso en aprietos a Beiravand, recuperado tras lesionarse ante Inglaterra. Al cuarto de hora, Irán estaba embotellada en su área. Tampoco le importaba. El dominio de EE UU no se materializaba en ocasiones claras. Weah estuvo cerca de abrir el marcador, pero decidió mal y cabeceó flojo un balón que pudo bajar para fusilar al meta iraní, que blocó el balón sin problemas. Poco después el hijo del primer Balón de Oro africano fue más contundente, pero su derechazo se marchó medio metro arriba de la portería.
La brecha. EE UU encontró un camino por el que hacer daño en la derecha, donde las incursiones de Dest cada vez eran más frecuentes. Para parar la hemorragia, Queiroz ordenó a Taremi incrustarse en la línea de centrocampistas y seguir al lateral. No dio resultado. Los delanteros lo son por algo. La única