Las Guerreras debutan con derrota ante Suecia
España, con demasiados despistes, esta vez no dio la talla
Mal día eligieron las Guerreras para practicar la cortesía del regalo, porque 19 pérdidas de balón es un exceso aunque se quiera ser amable con el equipo anfitrión frente al que se debuta en el Europeo. Por eso perdió España, o ganó Suecia, que tanto da: 2519 (14-10). Un resultado que, aunque sea en el primer partido, debe escocer a las chicas de Jorge Dueñas. Ellas saben que así, como ayer, no se va a ninguna parte, por más que el juego español, su velocidad admita ese problema, que se pueden perder balones. Pero 19 (9 y 10) es un exceso impropio de esta Selección que tiene talento y calidad, y aspiraciones de defender su medalla de plata en el Europeo de hace dos años.
Además, Suecia no es una selección del montón, es la tercera del Campeonato de Europa en el que España ganó la plata, juega en casa, está perfilada para hacer algo importante, y los intangibles están a su favor. Es decir, ganar este encuentro necesitaba velocidad y paciencia en ataque, y concentración en defensa. Desde fuera, claro, da la sensación de que faltó todo: España no sumó ni un gol de contragolpe; intentó tres, uno lo falló, y en dos perdió el balón. Un aspecto que ayuda poco. Y en defensa, no fue impermeable por el centro, donde la central sueca encontró pases, al pivote o a los extremos en circulación. No se justifica tanto despiste.
En realidad, en España sólo estuvo a su nivel Silvia Navarro. La portera del Rocasa, no se sabe cómo, siempre se agranda en la portería española. El resto, por debajo de lo que se las puede exigir a la mayoría, porque Macarena Aguilar, Nerea Pena, Alexandrina Cabral... no llegaron a su nivel; Marta Mangué tiene justificación, porque juega con problemas físicos, y las extremos, porque no recibieron balones claros para sumar. Y así, sin estirar la pista, y buscando goles en penetraciones por el centro, se estrelló España ante un rival que sólo perdió siete balones y que sí contragolpeó.
Mañana toca Serbia, sin posibilidad de mantener la cortesía. Se necesita ganar y mejorar el juego.