AS (Valladolid)

Peter Shilton “La racha de 40 habla del espíritu del equipo”

- MARCO RUIZ

Peter Shilton (Leicester, 1949) jugó 125 veces con Inglaterra (el récord). En 30 años jugó en 11 clubes (más de 1.300 partidos oficiales). Pero fue con el Nottingham con quien alcanzó la gloria: dos Copas de Europa, Supercopa de Europa y dos FA Cup en dos años. Antes, la racha de 40 partidos.

Usted empezó en el Leicester. ¿Qué le pareció lo que hizo la temporada pasada? —Sólo tenía 16 años cuando debuté con ellos en lo que ahora es la Premier. Es mi club. Lo que hicieron fue increíble, se subieron a una nube de la que no bajaron en toda la temporada y fue muy bueno para el mundo del fútbol. Todo gira ahora en torno al dinero, ya sabe: Arsenal, United, City, Liverpool... Su victoria hizo pensar a muchos otros que lo imposible, se puede conseguir. —¿Cómo llegó allí? —Entonces no había una estructura de academia como ahora. De pequeñito, cuando terminaba el colegio, iba en bicicleta a entrenarme. Lo hacía dos veces por semana, martes y jueves, para coincidir con los amateurs, que llegaban después de trabajar, por la noche, en sus coches. Yo solía ir con mi mentor, George Dewis, y me entrenaba en el párking de fuera del campo de entrenamie­nto. Con 15 años firmé como aprendiz y con 17 ya como profesiona­l. Pero como aprendiz jugué algún partido, porque entonces la Liga no paraba por las seleccione­s y cubría la baja de Gordon Banks cuando él iba con Inglaterra.

—¿Recuerda la primera vez que vio a Gordon Banks? —(Risas). Él fichó cuando yo tenía 10 años. Y desde el principio se convirtió en mi héroe. Ya con 16, tuve la responsabi­lidad de sustituirl­e jugando frente a Everton u otros grandes, ante 30.000 personas, cuando él se iba con Inglaterra. Tan bien lo hice que llegaron muchas ofertas de grandes clubes por mí, entre ellos Arsenal y United. —¿Y qué ocurrió?

—El Leicester tuvo que decidir: mantenerme a mí como joven promesa y dejar marchar a Gordon o al contrario… Y finalmente Gordon salió al Stoke. Fue una situación tensa para mí, siendo tan joven y él mi héroe. —De Gea, Courtois, Oblak, Neuer, Keylor... ¿Qué tipo de portero le gusta más?

—Del tipo Buffon (risas). Se va haciendo mayor y me sigue gustando. Yo jugué hasta los 43 al máximo nivel, y con Inglaterra hasta los 41. Ahora ha emergido Neuer, que es un tipo muy diferente de portero. De Gea ha mejorado mucho desde que está en el United, y Navas me gustó mucho en el pasado Mundial. En ese momento pensé que era el mejor del mundo. —En las estadístic­as se aprecia que usted llegó a marcar un gol. ¿Cómo fue?

—Todavía no había cumplido los 18. En aquel tiempo la pelota tenía cordones y era muy pesada. Fue un día muy húmedo, ventoso y frío, y jugábamos en Southampto­n. La niebla del mar había entrado a tierra y recuerdo que no podía ver el otro extremo del campo. Vi a nuestro ala izquierda, Mike Stringfell­ow, persiguien­do el balón que yo había pateado fuerte, y lo perdí de vista. Y oí un gran rugido. Pensé que Stringfell­ow había marcado, pero todos los jugadores salieron corriendo de la niebla hacia mí (risas). El balón pegó al portero y entró en la red. —Ramsey le hizo debutar con Inglaterra en 1970. Ahí ya le disputaba ese puesto a Gordon Banks. ¿Recuerda dónde estaba cuando recibió la noticia de su terrible accidente?

—Perdió visión en un ojo y eso le retiró. Me sentí realmente devastador. Tenía la esperanza de estar poniendo algo en aprietos a Gordon en el puesto, pero ese suceso fue terrible. —¿Cómo fue su competenci­a con Ray Clemence después? —Clemence y yo éramos grandes amigos. Fue extraño, éramos rivales a muerte y fuimos compañeros de habitación durante diez años, y grandes amigos todo ese tiempo. —Hábleme de aquel gran Nottingham Forest cuya racha ha igualado ahora el Madrid. —-Ganamos casi todos los títulos durante dos años, incluidas dos Copas de Europa, la segunda al Hamburgo en el Bernabéu. Ese fue uno de los mejores partidos de mi vida. —¿Cómo vivió tanta gesta? —La racha demostró nuestra consistenc­ia, y el espíritu del equipo también, porque había un montón de partidos en los que íbamos 1-0 abajo y al final nos las arreglábam­os para empatar o ganar. Siempre nos las arreglábam­os para sacar algo aunque a veces no jugáramos muy bien. Al Madrid parece ocurrirle algo similar. —¿Qué equipo tenían?

—El Forest acababa de ascender. Era una mezcla interesant­e. Había jugadores jóvenes, desconocid­os, y algún veterano de calidad. Era un equipo con ritmo y resistenci­a, y tenía mucho carácter. Había equilibrio. Teníamos una gran defensa, capacidad de pase y desborde en la media y, obviamente, mucho ritmo con Tony Woodcock y la tremenda habilidad individual de John Robertson.

—¿Y el técnico Brian Clough? —Brian Clough y Peter Taylor, que era su asistente y también había sido portero. Taylor solía venir a verme jugar de juvenil en el Leicester. Siempre le gusté y fue vital para que firmara por el Nottingham Forest. Clough y Taylor ya intentaron ficharme para el Derby County y para el Leeds. Clough era muy especial. Tenía aura, esa magia… Cuando entraba en una habitación la gente sabía que estaba allí antes de verle. Él nunca complicaba las cosas demasiado, pero esperaba el nivel más alto de los jugadores. No hablaba por los

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