Radoja consigue destruir la gran muralla del Alavés
El serbio culminó su partidazo con un gol sobre la bocina
EI enfado de Pellegrino tras encajar el gol era monumental. Y no era para menos. El Celta le acababa de marcar a la contra después de aguantar toda la segunda parte con un hombre menos. Y para más inri, el autor del tanto fue Nemanja Radoja, el único jugador celeste sobre el césped que nunca había visto puerta. En un minuto, la vida al revés y el Celta consigue tres puntos de oro que le meten de lleno en la pelea por los puestos que dan acceso a competición europea.
La expulsión de Feddal nada más comenzar la segunda parte (tan clara como innecesaria) radicalizó todavía más la postura defensiva del Alavés, aunque mantuvieron el atrevimiento para amenazar de vez en cuando con alguna contra. El Celta seguía acosando pacientemente a su rival, pero el paso de los minutos y la ausencia de espacios iban minando su moral. Roncaglia falló la ocasión más clara en un mano a mano ante Pacheco tras un buen pase de Guidetti y Mallo rozó el golazo con un centro-chut que se estrelló en el palo. Finalmente fue Radoja quien consiguió destruir la ordenada muralla del Alavés. El obrero incansable obtuvo su premio y se ganó el sueldo una tarde más. El serbio pide a gritos su renovación.
Laguardia, al hospital. La nota alarmante del partido la protagonizó Victor Laguardia. El central completó los noventa minutos, pero al acabar el encuentro estaba totalmente mareado y los servicios médicos del Alavés decidieron trasladarle al Hospital Nuestra Señora de Fátima de Vigo para realizarle diversas pruebas médicas. Mientras la expedición vitoriana se marchó anoche de vuelta, Laguardia se quedó en observación para estar perfectamente atendido, después del susto que protagonizó en los vestuarios de Balaídos con motivo de un golpe recibido en la sien durante la primera parte tras un choque con Guidetti.
Expulsión La roja a Feddal condicionó el guión del partido tras el descanso