El fútbol es no encajar y acertar

Hace un más de un mes recuerdo que José Luis Rojí escribió un artículo haciendo las cábalas por las que el Real Valladolid debería sumar 30 puntos al acabar la primera vuelta para poder tener opciones de entrar en la pelea por el playoff en la segunda. El Valladolid tenía 22 y le quedaban cuatro encuentros para llegar al ecuador de la temporada. Debía ganar tres o empatar dos y vencer en otros dos. Pues el equipo de Herrera lo ha hecho. Ha ganado cuatro de sus últimos cinco partidos en liga y parece que el estado de optimismo ha llegado, de nuevo, a todo aquel que siente los colores blanquivioletas dentro. Para ello, el equipo ha hecho algo muy sencillo, básico, pero que a veces se olvida. Redoblar el trabajo en defensa. En los últimos seis partidos el equipo no ha encajado en cinco, sólo recibió tres goles en Getafe, y el aciero parece que empieza a llegar. Son razones, todas estas, para soñar.

Pero no nos equivoquemos tampoco. El Real Valladolid no ha hecho nada todavía. Al fin y al cabo está ahora donde ha tardado demasiado en meterse y mantenerse entre los seis primeros no va a ser nada sencillo en una liga tan igualada como esta. Al menos sí hemos sido capaces de aguantar el tirón. Levante, por supuesto, Girona, Getafe y Cádiz, hasta el viernes, parecían imponer un ritmo difícil de mantener, pretendían abrir una brecha con el resto de equipos y el Valladolid ha aguantado el tirón y se coloca con el grupo de cabeza. La segunda vuelta ha de ser mejor que la primera y las sensaciones son que puede ser así. Pese a haber perdido ocho partidos, el Valladolid es quinto.