AS (Valladolid)

La Fiscalía mantiene la petición de penas para Lucas y su pareja

El juicio fue ayer y, en una o dos semanas, se conocerá la sentencia

- P. CAZÓN / MADRID

El juicio por violencia doméstica entre Lucas Hernández y su expareja, Amelia de la Osa, quedó ayer visto para sentencia, en el juzgado número 25 de Madrid, tras una vista oral de hora y media.

Ambas defensas antes del juicio intentaron llegar a un acuerdo de conformida­d para que éste no se celebrara pero la Fiscalía lo rechazó. Ésta mantuvo, además, la petición de penas. Siete meses de prisión para él por un delito de violencia de género y cuatro meses por maltrato en el ámbito familiar más otro dos por daños al coche del futbolista para ella. Las defensas solicitaro­n, mientras, la libre absolución de ambos.

Durante la vista ante el juez Borja Varguer, Lucas compareció primero y relató qué aconteció en la madrugada del 3 de febrero cuando regresó a su casa. A mediodía había tenido una discusión con Amelia, explicó, y se fue a casa de un amigo, pero regresó, a las 01:45 de aquella noche, tras recibir numerosos mensajes de ella (“estoy hasta los coj... de ti, alquílame un piso y me voy”, mostró), o 20 llamadas en diez minutos.

Declaracio­nes. Lucas relató que al llegar a la urbanizaci­ón en la que vivían, ella estaba en la calle “fuera de sí”, le pidió el móvil y la cartera y empezó a golpearle el coche, por lo que él la agarró de la cintura y la apartó. “Quizá ahí pude lastimarle porque se quejó de las costillas, pero no era mi intención”.

Amelia, por su parte, relató que la discusión no había sido ese día sino el anterior “porque yo decido romper la relación”. Él, entonces, se fue a un hotel en Móstoles pero que, cuando ella le preguntó cuál, para ir a verle, porque no le creía, él volvió a casa. Entonces, narró, cuando se subió al coche, él le pegó un puñetazo en el brazo y la encerró allí 15 minutos. Después, la sacó y la golpeó contra el coche y el muro, la tiró al suelo y la arrastró del pelo. Después, en casa, llamó a la Policía. “Cogí el de la chica de servicio, pero no podía desbloquea­rlo y salí fuera a gritar para que los vecinos escuchasen”, declaró.

En la vista también lo hicieron dos policías locales de Las Rozas y los dos Guardia Civiles que aquella noche acudieron a la casa de la pareja. No apreciaron lesiones externas en Amelia, que se quejaba de un dolor en las costillas y el costado. Ella, ayer, pidió la suspensión de la vista para ser atendida por un forense de esas lesiones pero el juez lo denegó porque, en la vista anterior, ella no había querido ser reconocida por el de los juzgados de Majadahond­a.

La sentencia podría conocerse en una semana y, si fuera condenator­ia, ambos pidieron cumplirla en trabajos para la Comunidad. A las 12:53, Lucas salió primero (se mantiene la orden mutua de alejamient­o) para coger un vuelo privado rumbo a Leverkusen y llegar al partido.

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VISTA ORAL. Amelia, de espaldas, y Lucas, ayer ante el juez en Madrid.

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