David Ferreiro ajusticia a un Valladolid horrible
Los oscenses superan en la clasificación a los pucelanos
El Huesca se llevó los tres puntos en El Alcoraz, y alcanza la séptima plaza, gracias a su neta superioridad en la segunda parte, donde los hombres de Anquela pasaron por encima de los de Herrera, al punto de ganar todas las disputas, aunque no fue hasta el minuto 80 cuando Ferreiro hizo el gol de la victoria para los locales. El Valladolid, por su parte, fue un dolor, un equipo sin fuelle, sin alma, sin nada.
El partido de los pucelanos fue un calco del que se ha visto en las últimas semanas. Una gran primera media hora, sin tirar a portería, y después, nada. Empezaron dominando, llevaron peligro por la banda derecha donde se concentraban Moyano, Jordán y Jose. Por ahí llegaron las primeras llegadas al área oscenses, por la banda que era un charco por la cantidad de agua acumulada, mientras en la otra, más despejada, Balbi y Sergio Marcos estaban desaparecidos. De Tomás tuvo una ocasión al ver a Sergio Herrera adelantado y disparar desde 40 metros, pero su balón se fue por arriba. Dominaba el Valladolid, pero el Huesca no sufría. Soriano, desde lejos, y Borja, de cabeza, pusieron a prueba a Pau, como muestra de que los locales se quitaban el dominio visitante de encima. El campo ya, desde ese minuto 25, se inclinó sobre la portería de Pau, que todavía, antes del descanso, volvió a ver como Melero y Samu le probaban sin suerte.
Arrollados. En la segunda parte, el partido no cambió. De Tomás tuvo la única ocasión clara del partido al rematar de cabeza, pero lo paró el meta oscense. Entonces comenzó el monólogo local propiciado por el empuje de los de Anquela y por el desplome físico del Valladolid. Los de Herrera se vieron superados, no ganaban disputas, ni balones divididos, así que el desenlace parecía claro. Y eso que Pérez Montero perdonó un penalti de Guitián sobre Borja. El Valladolid, ni por esas reaccionaba. Herrera le gritaba al equipo que se fuera adelante, pero los jugadores no obedecían, no como señal de rebeldía, sino porque no podían. Estaban KO. El Huesca, sin muchas ocasiones, empezó a rondar el área de Pau y logró la victoria tras una jugada larga. Samu sacó una falta, despejada por la defensa pucelana, Akapo disparó desde fuera del área un chut que se estrelló en el palo y el rechazo le cayó a Ferreiro, que remachó. Tampoco un sonado Valladolid fue capaz de reaccionar entonces. Salvo Herrera, todo el mundo vio que el equipo estaba tieso. Y suerte tuvo de acabar 1-0 porque Vinicius tuvo dos ocasiones para aumentar la ventaja. Primero cruzó demasiado su disparo y después marcó de tacón, pero su tanto fue anulado por fuera de juego.