Ortuño y Álvaro rompen el embrujo de Montilivi
El Cádiz se gana el derecho a soñar con el ascenso directo
El Cádiz añadió algo de picante a la lucha por el ascenso directo. La distancia entre el segundo y el tercero sigue siendo un mundo pero el conjunto amarillo rompió la imbatibilidad del Girona en Montilivi, se acerca a 8 puntos y tiene el derecho de soñar que puede, por qué no, echarle el guante.
El triunfo se cimentó en una gran primera parte visitante. El conjunto de Álvaro Cervera se adaptó mejor al 3-5-2 marca de la casa de este Girona, minimizó el juego ofensivo local y supo sacar tajada de las dudas de la zaga -ayer sin Alcaláasestando dos golpes en tan solo 5 minutos. La segunda parte fue un acto de fe del Girona, con dos balones al palo y un golazo de chilena, pero, esta vez, faltó magia para culminar la gesta.
El Cádiz fue pura efectividad. En la primera parte tuvo dos ocasiones y metió dos goles. En el primero, Ortuño castigó con un latigazo ajustado al palo una mala entrega previo resbalón de Juanpe. En el segundo, Álvaro sacó tajada de la parálisis de la zaga y el portero, se coló por la puerta de atrás y batió a René. Y poco más. Hizo el campo ancho, cerró los costados y el trivote obstaculizó el juego por dentro. El Girona apenas tuvo ocasiones. Diferente fue el segundo acto. Con Borja García en el campo y Maffeo omnipresente, el equipo local empujó de lo lindo y el Cádiz no tuvo más remedio que recular. Sandaza avisó con un testarazo al palo en el 56’ y Borja García en el 63’ con otra madera. Dos minutos después, Longo metió dentro de chilena un balón despejado por la zaga tras un remate forzado de Sandaza.
El escenario lo tenía todo para el empate. El Girona desbocado, Montilivi enchufado, el Cádiz atrincherado pero ni Kiko Olivas, ni Portu, ni Maffeo estuvieron certeros. Tampoco el Cádiz supo liquidar el sufrimiento y desaprovechó un par de contras en el descuento.